A través de un «motu proprio», el Papa modifica la constitución apostólica, pero serán los cardenales quienes fijen la fecha.

Con un documento fechado el pasado viernes 22 de febrero, fiesta de la Cátedra de San Pedro, Benedicto XVI ha modificado 15 artículos de la constitución apostólica «Universi Dominici Gregis» que regula la celebración del Cónclave, permitiendo que pueda adelantarse la fecha si así lo deciden los cardenales.
La constitución apostólica, promulgada por Juan Pablo II en 1996, se centra en el supuesto de fallecimiento del Papa, con un periodo de funerales que no hay en el caso de renuncia, por lo que ya no es tan necesario dejar pasar un plazo de 15 días desde el comienzo de la «Sede vacante» hasta el inicio del Cónclave.
Aunque el principal cambio consiste en dar a los cardenales la posibilidad de acortar ese periodo, Benedicto XVI aprovecha para hacer retoques en otros terrenos, como dar más visibilidad a los cardenales mayores de 80 años en las jornadas del pre-Cónclave, imponer laexcomunión automática en los ayudantes que no respeten el juramento de secreto, y dar un poco más de juego al Vicecamarlengo.
El nuevo texto intercala en el artículo 37, que exigía un plazo de espera de 15 días, una simple frase: «dejo, además, al Colegio de Cardenales la posibilidad de adelantar el comienzo del Cónclave si consta la presencia de todos los cardenales electores» en Roma.
La decisión corresponde al pleno del Colegio de Cardenales, compuesto por los 117 cardenales electores menores de 80 años –de los cuales vendrán al Cónclave 115- y los que han superado esa edad, hasta un total de 209 purpurados. Aunque los más ancianos no podrán venir a Roma por motivos de salud, quizá puedan hacerlo casi la mitad de los 92 cardenales sin derecho a voto.
Las «reuniones generales» de todo el Colegio Cardenalicio darán comienzo el viernes 1 de marzo y tendrán lugar cada día. La posibilidad de adelantar el Cónclave podrá ser discutida en cuanto hayan llegado a Roma los 115 cardenales electores. El Vaticano informara cada día sobre las llegadas.
Las fechas que se barajan
En la hipótesis de posible adelanto, el Conclave podría comenzar el sábado 9 de marzo o, más probablemente, el lunes 11 de marzo para no interferir con las misas normales del domingo.
Otro de los cambios introducido por Benedicto XVI es la participación de todos los cardenales y no sólo los electores en la solemne «Misa por la elección del Papa» que se celebra en la basílica de San Pedro en la mañana del día elegido para encerrarse «cum-clave» por la tarde.
De ese modo podrá presidir la misa y dirigir una homilía de gran visibilidad al cardenal Decano, Ángelo Sodano, de 85 años de edad, que tendrá su momento de protagonismo. Sin ese cambio le hubiese correspondido al cardenal Giovanni Battista Re, el de mayor rango entre los electores y, por tanto, el que formulará al cardenal elegido la dramática pregunta: «¿Aceptas tu elección canónica a Sumo Pontífice?». Y, en caso afirmativo, la segunda: «¿Cómo quieres ser llamado?».
Sanciones espirituales
El tercer cambio, en cuanto a interés práctico, se refiere a las sanciones espirituales a los laicos, sacerdotes y obispos no participantes en el Conclave que violen el gravísimo juramento de secreto.
En esta categoría se incluyen desde las personas que sirven la mesa en la Casa Santa Marta y que, por lo tanto, escucharán conversaciones y verán la expresión del rostro de los cardenales electores a la hora dela comida y de la cena, hasta los ceremonieros que ayudan al desarrollo del voto en la Capilla Sixtina.
El texto anterior indicaba que una violación del juramento implicaría castigos a cargo del nuevo Papa. Benedicto XVI establece laexcomunión automática, sin necesidad de declaración explícita, que solo puede levantar el próximo Papa.
El resto de los cambios, de carácter menor, refuerzan el papel del Vicecamarlengo y aumentan de dos a ocho el número de ceremonieros, de modo que sea más ágil el sistema de voto.
En su amor a los detalles, Benedicto XVI explicita también que en el caso de llegar a 27 escrutinios sin éxito y pasar, por tanto, al voto entre sólo dos candidatos, los «finalistas» no votan y, por lo tanto, no cuentan a efectos de fijar la mayoría de «al menos dos tercios» requerida para la elección.
Cuando comience el Cónclave el número de cardenales electores será de 117, pero el cardenal de Yakarta, Julius Riyadi Darmaatmadja, anunció hace unos días que no podrá viajar a Roma por motivos de salud. A su vez, el cardenal de Edimburgo, Keith O’Brien, acusado de presuntos abusos sexuales cometidos hace una treintena de años, renunció el lunes a participar en el Cónclave para evitar distracciones mediáticas. El total de electores baja a 115, por lo que el «listón» de «al menos dos tercios» pasa a ser 78 votos.