Ciencia y fe, sin enfrentarse, reivindicando la veracidad de la Sábana Santa. Es el fondo y la forma de la exposición que ayer inauguraron en el Antiquarium de la Plaza de la Encarnación elarzobispo, monseñor Juan José Asenjo, y el alcalde, Juan Ignacio Zoido, y que podrá visitarse hasta el próximo 28 de junio.
A lo largo de doce espacios, el visitante se acerca y se enfrenta a este objeto único y todo lo que lo rodea: la Síndone, la mortaja que cubrió el cuerpo de un hombre que fue martirizado, crucificado y que, muerto, dejó su imposible impronta en un negativo al que la ciencia no ha dado aún respuesta.
La muestra, que hace un recorrido por la historia de la Sábana Santa desde su descubrimiento hasta nuestros días, incidiendo en y su estudio por la ciencia, por la medicina forense, la iconografía y la investigación de la tortura que sufrió el hombre que fue envuelto en ella.
Junto a la Síndone, el Santo Sudario de Oviedo también es objeto de estudio en esta muestra, como únicos dos objetos que han sorteado pruebas científicas y que han llegado a nuestros días como elementos que pudieron estar en contacto con Jesús de Nazaret.
En la muestra, además del recorrido histórico, destacan la sala científica y la sala forense. En esta última podrán conocer aspectos de la tortura y la muerte del hombre de la Síndone, y en la primera se intenta explicar cómo pudo formarse la imagen en la Sábana Santa, algo que la ciencia dictamina como inexplicable, con datos documentados.
Una importane aportación que figura en la muestra es la recreación del experimento científico que, a lo largo de cinco años, realizó la Agencia Nacional para las Nuevas Tecnologías, la Energía y el Desarrollo Económico Sostenible italiana (ENEA), que intentó reproducir huellas similares a las de la Síndone con láseres ultravioleta de alta densidad que abrasaron el material y no consiguieron una imagen como la de la Sábana Santa, descartando que se tratara de una falsificación.
Tres piezas de carácter único pueden encontrarse en esta exposición: la reconstrucción a escala real de un sepulcro judío similar al que recibió el cuerpo de Jesús; una reproducción de la Sábana Santarealizado por el laboratorio de Turín, y la pieza clave, donde acaba la muestra y la que le da sentido: un Cristo yacente que reproduce todos y cada uno de los detalles que se leen en la Síndone, realizado por el profesor e imaginero Juan Manuel Miñarro.