Agencia Reuters / ElMundo
Negro, negro, negro, densamente negro: ese ha sido el color del humo que esta noche a las 19.41 horas ha salido por la chimenea montada sobre el tejado de la Capilla Sixtina, a pocos metros de la enorme cúpula de la Basílica de San Pedro.
La fumata negra ha certificado que la primera votación del Cónclave para designar al sucesor de Benedicto XVI ha concluido sin un acuerdo entre la mayoría de los 115 cardenales sobre quién debe de ser el nuevo Papa. Como se esperaba, ningún candidato ha conseguido los 77 votos necesarios para ser elegido Pontífice.
«Probablemente será fumata negra», había vaticinado ya el día antes Federico Lombardi, el portavoz de la Santa Sede. «Extra omnes» (todos fuera), pronunció el próximo martes por la tarde el maestro de ceremonias pontificias, monseñor Giudo Marini, justo antes de cerrar las puertas de la Capilla Sixtina para dejar en completa soledad a los 115 cardenales encargados de elegir al nuevo Papa. Y su previsión se ha cumplido escrupulosamente. Sigue leyendo