Aunque existen relatos de diferentes imágenes milagrosas de Cristo, tanto de cuerpo entero como solamente el rostro, no se ha podido conectar con certeza ninguno de ellos con la tela que actualmente reside en la catedral de Turín.
Se cuenta que la Imagen de Edesa (también llamada Mandylion) contenía la imagen del rostro de Cristo, y existen noticias fiables de su existencia desde el siglo VI. Algunos ven una correlación entre el Sudario de Turín y la Imagen de Edesa. Ninguna leyenda relativa a la imagen lleva a pensar que contuviera la imagen de un Jesús malherido, sino que mencionan que la imagen fue transmitida a la tela por el propio Jesús. Suele describirse como una mera representación del rostro de Jesús, no del cuerpo entero. Los defensores de la teoría de que la imagen de Edesa y el sudario son el mismo objeto, liderados por Ian Wilson, creen que siempre estuvo plegado de manera que sólo mostraba la cara.
Las antiguas Leyendas de Abgaro sitúan el lienzo en la ciudad de Edesa (650 km al norte de Jerusalén), durante el reino del rey Abgaro V (en el siglo I). El antiguo historiador Eusebio (325) habla de esa leyenda, refiriendo a la “Imagen de Edesa” y relata que cuando el lienzo con la imagen fue llevado al rey por el discípulo Tadeo, el rey fue curado de su lepra. Evagrio (590) se refiere al lienzo como “acheiropoieta” -no hecho por manos humanas-. Los Actos del Santo Apóstol Tadeo (siglo VI) hablan de la “tetradiplon” (tela doblada en cuatro). San Juan Damasceno, durante los debates iconoclastas del siglo VIII, llamó al Sudario como “himatión” o larga-tela. Los griegos bizantinos continúan hablando de la acheiropoieta: (imagen no hecha por manos humanas) y del “Mandylion” – o pequeña toalla. Algunos defensores de la autenticidad del Sudario defienden que este era el Mandylion doblado en cuatro partes. Sigue leyendo