Hace poco, los arqueólogos celebraron el hallazgo de uno de los barcos del explorador británico John Franklin, que se había perdido en el Ártico hace más de 160 años. Pero una pintura de su misteriosa desaparición sigue inquietando a los estudiantes de la Universidad de Londres.
«Los osos polares tuvieron la culpa», suelen repetir los estudiantes, perpetuando una leyenda urbana sobre una pintura del inglés Edwin Landseer, conocido por sus retratos de animales.
El cuadro en cuestión es una horripilante representación de dos osos polares devorando los restos de un barco, que está en las paredes de la escuela Royal Holloway, de la Universidad de Londres.
En la sala en la que cuelga se han tomado exámenes desde hace casi ya un siglo.
Y nadie quiere tener la pintura delante durante una prueba.
«Si te sientas justo enfrente a ella en un examen, seguro fallas el examen. A no ser que esté cubierta»,dice la leyenda, según cuenta la curadora, Laura MacCulloch.
Miedo a los osos
La pintura fue inspirada por la misteriosa desaparición de los barcos de Franklin, en 1845.
La expedición, para tratar de mapear el paso por el Ártico en el noroeste de Canadá, estaba conformada por dos naves y 129 hombres.
Y el macabro espectáculo de los dos osos asesinos es suficiente para distraer al más concentrado de los estudiantes.
Los rumores de que daba mala suerte comenzaron casi inmediatamente después de que llegara a la colección de la universidad.
Para MacCulloch, hay una clara conexión psicológica con el fracaso porque el estudiante puede pensar que va a compartir el destino de esos aventureros que fracasaron en encontrar el paso canadiense. Sigue leyendo