Por Jesús García Jiménez
Rutas: José David Flores, Jesús García Jiménez y Jose Manuel García Bautista
No, no nos hemos equivocado de lugar, ni estamos hablando de un enclave misterioso nuevo dentro de la bella localidad de Carmona en Sevilla. Se trata del mismo “Monasterio del Diablo” que todos conocemos y que, aunque sabemos ya sobre la falsedad que ronda en torno a su historia misteriosa, es cierto que nos encontramos ante un sitio cargado, posiblemente, por los avatares del tiempo. Y esa energía es la que, a buen seguro, usaron las entidades que pueden haber quedado atrapadas allí la que usan para intentar comunicarse con nosotros… Y vaya si lo hizo.
Hemos de aclarar que, un lugar donde reside el misterio, no tiene necesidad de estar relacionado con hechos lamentables o violentos y menos un lugar de culto, ya que la propia actividad monacal, además de la emoción que comporta las creencias religiosas, en muchos casos son suficientes para cargar de energía un sitio y trasformarlo en “especial”. Tal y como narró nuestro compañero David Flores en la visita que Rutas de Misterio realizó en el día de ayer a este edificio abandonado, cuando hacía referencia a la historia del edificio, “Es posible que la leyenda que se cuenta no tenga más mérito que el de considerarse urbana. Pero eso no quita que durante el tiempo que estaba en activo, varias inclemencias como puede ser la epidemia de peste que asoló Sevilla allá por el siglo XVII diezmara la cantidad de monjes residentes, siendo esa circunstancia tan dolorosa que impregnara de una especial energía este sitio abandonado ya”. Sería como la mismísima visita del Diablo, en forma de enfermedad mortal.
Aunque la noche era fría, los fenómenos que compartiríamos los asistentes y nosotros en esa visita de investigación fueron de todo menos fríos. Mientras estábamos al final haciendo una puesta en común sobre los acontecimientos vividos (muchos, como veremos a continuación), yo me hacía un comentario mental: “en varias ocasiones he alabado del hecho de que investigadores en el campo de la parapsicología llegaban a un lugar para realizar sus pesquisas y conseguían de forma inmediata una prueba en forma de imagen o grabación psicofónica… y yo tenía que visitar un sitio de estos varias veces para conseguir, en ocasiones, un resfriado”. No sé si algo o alguien que me oyó en su día se estaba guardando para cuando empezara esta nueva andadura de mi vida, con este grupo de amigos que nos hemos unido, y que ofrecemos a muchas personas la posibilidad de acompañarnos, pero que estoy viviendo momentos de tensión en cada una de las visitas que estamos proponiendo.
Perderse no es la mejor opción Sigue leyendo