Fuente: www.arquehistoria.com
Y SU OSCURA PROCEDENCIA…
En vísperas de la fiesta de la Epifania, nos acompaña el escritor, investigador y comunicador Antonio Piñero, catedrático de filología griega de la Universidad Complutense de Madrid, especializado en lengua y literatura del cristianismo primitivo.
Autor de varias obras sobre el cristianismo y judaísmo. En su reciente libro titulado “Ciudadano Jesús”, (Atanor Ediciones, Madrid 2012), Piñero da respuesta a un montón de preguntas sobre Jesucristo, un personaje controvertido cuya existencia histórica sigue siendo debatida constantemente. En el capítulo 2 de este apasionante libro, el profesor Piñero, trata el nacimiento y la adoración de los Magos de Oriente, y dadas las fechas que nos ocupan con él, desvelamos aquí, algunos de los enigmas que, cada año, nos sugieren las misteriosas figuras de los Magos.
[«La imaginación es muy poderosa y los evangelios, que pretenden ser obras históricas, son, ante todo, literatura de propaganda, de buena fe, desde luego, de una fe, por lo que son aptas para recoger leyendas que les sirvan para su propósito»…
La narración de los magos es una leyenda o bien, pura “historia teológica”, …
«Los magos tuvieron más éxito que los pastores de Lucas. En las pinturas de las catacumbas romanas, aparecen ya en el siglo II, mientras que los pastores lo harán dos siglos más tarde, en el IV.» ]
Antonio Piñero / Entrevista concedida a Arquehistoria
ENTREVISTA A ANTONIO PIÑERO
P: ¿Qué sabemos de los legendarios Magos de Oriente?
R: Los magos son personajes misteriosos, dibujados en el Evangelio de Mateo muy someramente, por lo que, suscitaron rápidamente la curiosidad popular. Todo lo que sabemos, en principio, de tales personajes lo tenemos en el texto de Mateo 2,1-12.
Dentro de la literatura cristiana es este pasaje, nuestra fuente principal y única, pues puede decirse que detalles posteriores en torno a los magos no son sino aclaraciones o expansiones para explicar mejor los datos comprimidos o poco explícitos que ofrece esa “historia” o leyenda primigenia.
P:¿Qué mensaje quiso transmitir Mateo con esta historia de los Magos?
R: En efecto del relato de los magos podemos preguntarnos: ¿qué pretendía el evangelista con esta “historia”?
- Primero, Mateo se sentía obligado a relatar de Jesús un episodio casi obligado en las biografías fabulosas de cualquier personaje ilustre en la Antigüedad: ya de pequeñito había sufrido grandes peligros, pero la divinidad lo protegía especialmente, por lo que había salido indemne. Es el mismo caso que se contaba de otros personajes, tanto fabulosos, como Hércules como de Alejandro Magno, Platón o Pitágoras
- Segundo: Mateo compone una “historia teológica”. En concreto transmitía ciertos “hechos” de Jesús calcados en realidad de narraciones del Antiguo Testamento. Ya que todas las Escrituras sagradas habían profetizado su vida, la huida a Egipto no era más que el cumplimiento definitivo de algunos hechos antiguos que lo prefiguraban. Así:· La marcha a Egipto del patriarca José, como cuenta Génesis 37ss, y de la vuelta del exilio de Babilonia.
P: En los evangelios apócrifos los magos ocupan un lugar preferencial, por qué?
R: Precisamente, porque los apócrifos tratan de colmar lagunas de las narraciones más populares sobre Jesús que hallan los lectores en los evangelios canónicos o aceptados por la Iglesia. Desde mediados del siglo II, los autores de evangelios apócrifos, comenzando por el Evangelio de Pedro (anónimo, compuesto hacia el 130) o el Protoevangelio de Santiago (anónimo, compuesto hacia el 150) inician una costumbre literaria de proporcionar al pueblo entretenimiento piadoso a base de literatura complementaria a los Evangelios.
Tales textos apócrifos podían servir además, para inculcar al pueblo concepciones teológicas que no estaban claras en los Evangelios oficiales. Por ejemplo, la virginidad perpetua de María no aparece nada clara en el capítulo 1 del Evangelio de Mateo (véase 1,25: “Y José no la conoció, es decir, no tuvo relaciones sexuales con ella, hasta dio a luz un hijo, y le puso por nombre Jesús), lo que supone normalmente que sí las tuvieron después, de las que nacieron seis hermanos de Jesús (Marcos 6,3).
P: ¿Quienes fueron realmente estos hombres y cúal fue su condición social?
R: Parece natural si se reflexiona sobre lo que en el siglo I d.C. podría significar el vocablo “magos”, es decir, qué quiere decir exactamente en esta narración. Mateo no lo explica, porque debió de creer que sus lectores lo entendían bien.
En tiempos de Jesús la palabra “mago” tenía dos significados.
- El primero era el corriente, el que dura hasta hoy, individuos que practican la magia negra o blanca, adeptos de la ciencias ocultas, intérpretes de sueños y visiones; astrólogos baratos, la mayoría de ellos charlatanes y embaucadores.
- La segunda, y lo sabemos por la obra de Filón de Alejandría, filósofo judío contemporáneo de Jesús, serían hombres respetables, sacerdotes del zoroastrismo, la religión de Irán/Persia, hombres religiosos y científicos que se dedicaban a estudiar la astronomía y su repercusión en la vida de los hombres, la astrología en el buen sentido.
Por la descripción de Mateo en nuestra historia hay que considerar a los magos en este último sentido, sabios que se dedicaban a la ciencia de los astros. No queda claro, si pertenecían también a la clase sacerdotal o no de la religión zoroástrica. En el Evangelio de Mateo representan a los paganos cultos, y con ello indica el evangelista que lo mejor de la ciencia y la religiosidad del paganismo lleva hacia Jesús. Pero en el Evangelio, ni son reyes ni nada por el estilo, ni se saben su número y nombres.
P: ¿Entonces, cómo se va perfilando la leyenda de los magos que ha llegado a nosotros?
R: La figura de los magos, un tanto desdibujada en la narración de Mateo fue enriquecida por la tradición popular. El texto del salmo 72 sobre el oro llevado a Jerusalén había ayudado a algunos cristianos a precisar que los magos venían de Arabia. Otros versículos del mismo salmo sirvieron para hacer de los magos unos reyes: “Que los reyes de Sabá y Arabia le ofrezcan (al rey de Israel) sus dones; que le rindan homenaje todos los reyes” (72,10-11).Parece ser que hacia el año 500 esta tradición era ya universal.
El siguiente paso fue precisar el impreciso “magos”: eran tres exactamente. Con toda probabilidad se pensó que cada uno portaba uno de los tres regalos: oro, incienso y mirra. Aquí hay también tradiciones variantes: desde dos reyes, dibujados en las catacumbas de los santos Pedro y Marcelino; cuatro, en las catacumbas de santa Domitila, hasta doce o quince, en listas medievales orientales.
Otro paso fue darles nombres: En Oriente el primer intento conocido es el de un escrito siríaco, del siglo IV, anónimo, llamado ”Cueva de los tesoros”, que los llama Hormizda, rey de Persia; Yazdegerd, rey de Sabá, y Perozad, rey de Arabia.
Como se ve es un intento de precisar los nombres uniéndolos a los monarcas respectivos de las posibles regiones de donde proceden los regalos. Más conocida por los cristianos es la tradición occidental que los denomina Melkón o Melchor, Gaspar y Baltasar. La primera mención, aparece en una traducción al latín, del siglo VI, de una crónica griega anterior. El autor es anónimo y está recogida en el catálogo de crónicas medievales con el título de Excerpta Latina Barbari.
El Evangelio armenio de la infancia (capítulos 5 y 11; ¿de los siglos VII/VIII?) confirma esta tradición occidental: los magos son tres, a saber, Melkón, rey de los persas; Gaspar, de los indios; Baltasar, de los árabes.
En un tratado denominado Excerpta et collectanea (“Extractos y fragmentos reunidos”, atribuido quizá sin fundamento a Beda el Venerable,
sabio y exegeta de la Biblia, anglosajón, del siglo VII, dice lo siguiente:“Los magos fueron los únicos que entregaron regalos al Señor. Se dice que el primero fue Melchor, una anciano de cabello blanco y larga barba…, que ofreció oro al Señor como rey. El segundo, de nombre Gaspar, joven, imberbe y rubicundo…, lo honró como a Dios con su regalo de incienso, oblación digna de la divinidad. El tercer, negro y muy barbudo, llamado Baltasar…, con su regalo de mirra dio testimonio del Hijo del hombre que iba a morir (en la cruz)”.
P: Y ¿cuál pudo ser el lugar de procedencia de estos hombres cultos?
R: Según Mateo, los magos “vienen de Oriente”. Pero ¿de dónde?
El texto no lo dice, pero se sobrentiende que, si son “magos”, y así se llamaba a los sacerdotes y sabios astrólogos persas, es lógico que se creyera que venían desde Persia. De hecho en el arte del cristianismo primitivo los magos eran dibujados con indumentaria persa: túnicas ceñidas, mangas largas, pantalones y gorro frigio.
- Algunos estudiosos han propuesto que los magos procedían de Babilonia, es decir, el actual Irak, ya que entre los babilonios, llamados también caldeos, había habido desde los albores de la era histórica un gran interés por la astronomía y la astrología. En el libro del profeta Daniel aparecen muy frecuentemente los magos cuando el autor describe la corte de los reyes Nabucodonosor y Baltasar en Babilonia.
- Finalmente, apoyándose en los regalos que traen los magos, oro, incienso y mirra, se ha pensado que estos magos procedían de Arabia. Oro e incienso son los regalos que, según Isaías 60,6 y Salmo 72,15, traerán los pueblos orientales a Jerusalén en tiempos mesiánicos, como regalo al rey y alabanza al Dios de Israel, desde Madián y Sabá, regiones ambas de Arabia, del noroeste y suroeste respectivamente.
Siendo la narración de los magos una leyenda o bien pura “historia teológica”, a saber la invención de un hecho legendario para ejemplificar una idea teológica (en este caso la predicación del salvador del mundo a los no judíos) parece inútil hacer disquisiciones sobre qué región del Oriente venían los magos.
P: El oro de Sabá, ¿podría relacionarse entonces, con las caravanas que venían de Arabia?
R: El “oriente”, y Arabia lo es para los judíos, es un símbolo en general: “Ex oriente lux”, “del oriente viene la luz”, que dice el dicho que atribuye la venida de un salvador al mundo, precisamente desde la región donde sale el sol.
Sea, pues, como fuere, sí es cierto que la teoría de que Arabia fue la primera región que los escritores cristianos propusieron como origen de los magos fue deducida de sus regalos: Justino Mártir, hacia el 160, en su Diálogo con Trifón 78,1 (sobre la verdad del cristianismo y del judaísmo) escribía “Unos magos de Arabia llegaron hasta Herodes…
P: Antonio ¿Cómo evolucionó la leyenda posterior de los “magos”?
R: Este desarrollo comienza muy pronto, pues la piedad popular se interesó por estas figuras simpáticas, pero muy poco dibujadas en la narración de Mateo.
A mediados del siglo II, en el llamado Protoevangelio de Santiago, son sólo los magos los que acuden a rendir homenaje al mesías, no los pastores del evangelio de Lucas; pero los magos lo hacen en una cueva, no en una casa, como indica expresamente Mateo. Tenemos aquí la fusión de magos con pastores, y de las noticias de Lucas con las de Mateo.
Los magos tuvieron más éxito que los pastores de Lucas. En las pinturas de las catacumbas romanas aparecen ya en el siglo II, mientras que los pastores lo harán dos siglos más tarde, en el IV.
Arca con las reliquias de los supuestos Magos, conservadas en la catedral alemana de Colonia.
Con el éxito de las reliquias entre los cristianos, sobre todo a partir del siglo IV, cuando la madre del emperador Constantino trajo a Europa restos del lignum crucis, se propagaron también reliquias de los magos. Se dice que a finales del siglo V, fueron llevadas desde Persia a Constantinopla, y una parte de ellas pasó a Milán.
Posteriormente, en el siglo XII, el emperador Federico Barbarroja, que había hecho una campaña contra Italia, se apoderó de las reliquias y las trasladó a la catedral de Colonia. Todavía se conservan allí, custodiadas en una urna, a su vez en un altar magnífico, que es atracción de los visitantes.
P. Háblenos un poco de los simbolismos
R: Pues, los regalos mismo son símbolos de los rasgos que caracterizan a Jesús: rey, Dios, redentor sufriente. Pero el simbolismo de los regalos es mucho más antiguo, pues aparece en la obra de Ireneo de Lyón, Contra las herejías III 9,2, ya a finales del siglo II, y se confirma en un himno del poeta cristiano Prudencio sobre la fiesta de la Epifanía del Señor, el 6 de enero.Más tarde se desarrolló otra interpretación alegórica de los dones, muy en consonancia con lo dicho: el oro simboliza la virtud; el incienso, la oración; la mirra, el sufrimiento.
El que adoraran a Jesús en una cueva se debe a un esfuerzo imaginativo cristiano al interpretar la noticia de Lucas de que al nacer Jesús, al no haber sitio en la posada de Belén, fue depositado por su madre en “un pesebre” (Lc 2, 7). Naturalmente, el pesebre tenía que estar en un sitio abrigado y Nazaret era conocido por sus cuevas habitadas desde el neolítico. El que en esa cueva encontraran los magos junto a Jesús a un asno y un buey, se debe a una interpretación de Isaías 1,3: “Conoce el buey a su dueño, y el asno el pesebre de su amo. Israel no conoce, mi pueblo no discierne”, en donde Dios se queja de su pueblo que no le rinde el culto debido…, pero los magos, gentiles, sí.
P:¿Que opina usted de la estrella de los Magos, pudo ser un fenómeno astronómico?
R.: Muchos exegetas opinan –y creo que pueden tener razón- que en torno a los años en los que se sabía que había nacido Jesús (al final del reinado de Herodes el Grande) había ocurrido objetivamente algún fenómeno meteorológico extraño que impactó las conciencias de las gentes. Más tarde, después de la muerte de Jesús y de que se creyera firmemente que había resucitado, cuando se sintió la necesidad de hacer propaganda de la fe cristiana por medio de escritos acerca de la vida, palabras y obras de aquél, los evangelios, se recordó vagamente ese fenómeno celeste que había ocurrido y llamado la atención, y se entendió como un signo celeste del nacimiento de Jesús. ¿Qué pudo ser este fenómeno?
Tres son las explicaciones científicas que se han dado: la aparición por los días finales de Herodes de una supernova, de un cometa o bien de una conjunción de astros que brillaron especialmente en el firmamento.
Realmente, me siento muy escéptico respecto a todas estas teorías y en mi opinión creo que para inventar una historia tan inverosímil como la de una estrella que aparece y desaparece, que guía a unos personajes exóticos y que se posa encima de una casa, basta con la imaginación popular con el trasfondo general de que el cielo anuncia con signos los nacimientos de hombres ilustres sin tener que recurrir a ningún fenómeno objetivo. La imaginación es muy poderosa y los evangelios, que pretenden ser obras históricas, son ante todo literatura de propaganda, de buena fe desde luego, de una fe por lo que son aptas para recoger leyendas que les sirvan para su propósito.
P: Qúe importancia tuvo la Epifanía en Iglesia primitiva ?
R: A pesar de que en el Nuevo Testamento, en 2 Timoteo 1,10, se utiliza este vocablo (que significa “aparición”, de una divinidad), para referirse al nacimiento de Cristo, o bien a su aparición después de su resurrección, y también aparece cinco veces (2 Tesalonicenses 2,8; 1 Timoteo 6,14; 2 Timoteo 4,1.8; Tito 2,13) para referirse a la segunda venida de Cristo a la tierra, para cumplir con su encargo de inaugurar el reino de Dios; la Iglesia primitiva, que esperaba esa venida como muy cercana, no tuvo necesidad, al parecer, de celebrarla, porque la vivía de un modo especial de modo continuo.
Sin embargo, con el retraso de la segunda venida de Cristo, la Iglesia oriental sí comenzó a celebrar la “Epifanía” ya que era una fiesta cargada de significado teológico:
La apertura de la iglesia cristiana a los gentiles/paganos, en contraste con el judaísmo que seguía manteniéndose como una religión “étnica”, es decir propia de un pueblo, religión a la que se pertenece por nacimiento;· Cristo Jesús se manifiesta a todos los humanos sin excepción a través de la curiosa figura de los magos y el posible significado espiritual de los dones ofrecidos al infante Jesús, etc
En la Iglesia oriental se considera que la Epifanía propiamente dicha no es la manifestación de Jesús a los magos, sino su bautismo, momento en el que Jesús es declarado Hijo de Dios ante la humanidad representada por Juan Bautista (Evangelio de Marcos 1,9-11).
En esta Iglesia se celebra la fiesta el 19 de enero, según el calendario juliano; y en la occidental, el 6 de enero, según el calendario gregoriano que precisa astronómicamente el juliano. El primer dato histórico que tenemos de la celebración de la Epifanía se remonta al siglo IV. Se trata de una mención del historiador latino Amiano Marcelino, Historias XXI . Desde entonces hasta hoy no ha cesado de celebrarse.
Por nuestra parte, celebramos el hecho de tenerle aquí en Arquehistoria, e invitamos a nuestros lectores a la consulta de su libro
“Ciudadano Jesús” para una visión más completa de la figura histórica del Mesías cristiano. Muchas gracias, confiemos en que ni a usted ni a mí, sus Majestades nos traigan mucho carbón…
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