El fantasma del Convento de Santa Clara
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El fantasma del Convento de Santa Clara
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Por: Gustavo Fernández
En diversos artículos de nuestra revista digital «Al Filo de la Realidad» me referí en extenso al avanzado conocimiento que diversos Pueblos Ancestrales (pero en lo limitado de mis conocimientos e indagaciòn en el terreno, acoto aquí el comentario a Toltecas y Mexikas) tuvieron de lo que en particular hoy denominamos Radiestesia y, en un sentido general, Energías Telúricas que son contemporáneamente el campo de estudio propio de la Geobiología.
La cancha de juego de pelota, en Xochicalco
Ya en el 2008, llamó poderosamente mi atenciòn entre otros enigmas el haber hallado que en Xochicalco, verdadera «universidad del espíritu» (para más informaciòn, releer este trabajo mío sobre el particular) ese saber había dejado evidencias indubitables, por ejemplo, en el Juego de Pelota Este (el otro, el del Norte, se encuentra en pésimo estado y aún cuando la reconstrucciòn del anteriormente nombrado no nos consta que sea absolutamente fidedigna al original, cuando menos la comprobaciòn «in situ» de sus particularidades energéticas es aún hoy, constante). En efecto y tal como comenté en esa oportunidad, al recorrer con mi juego de varillas (conocidas como «dualrods») el predio comprobé que una intensa línea de energía penetraba rectilínea en el ámbito del Juego de Pelota, pero al comenzar a caminar entre los dos muros laterales, esa línea comenzaba a desplazarse siguiuendo un trazo zigzagueante (tal como se ve en la foto)
El «efecto Rayos X»en el observatorio subterráneo (la foto es del INAH)
Gustavo relevando radiestésicamente la cancha de juego de pelota
El recorrido de la línea de energía telúrica bajo la cancha
Este efecto no podía ser casual, y es evidente que existe una alta probabilidad que esa alteraciòn en el recorrido del la línea de energía telúrica bien podría haber sido provocado ex profeso por la propia arquitectura del Juego de Pelota. No olvidemos que es en el mismo Xochicalco donde se encuentra el fascinante observatorio subterráneo donde, cada equinoccio, la luz del sol al mediodía provoca, además del efecto «tubular» de la luz, el (aún por los técnicos del Instituto Nacional de Arqueología e Historia) conocido como «efecto Rayos X». Un manejo tan hábil de los recursos arquitectónicos con fines ora tecnológicos, ora espirituales, no va en conflicto con mi suposiciòn, entonces, que era conocedores a sabiendas del cambio en la direcciòn de la línea de energía telúrica y, de hecho, se buscaba a propósito ese efecto. Bastaba vincular el aspecto de «rayo» que tomaba dicha línea de energía y recordar la importancia simbólica de la Serpiente, para concluir que, quizás, el Juego de Pelota, antes que reconstrucciòn supersticiosa del devenir del Universo, era una forma de dinamizar energéticamente a los guerreros.
Cada viaje suma nuevas sorpresas. Algunas, magníficas y que rutilan en el firmamento de la atenciòn colectiva. Otras que parecen solaparse entre los meandros del recuerdo, a la espera, quizás, del guiño cómplice de lectores agudos. Aquellas, hito inevitable en las guías turísticas. Éstas, sólo conversaciones de sobremesa.
La experiencia y los años me han enseñado que es alejándome de los conglomerados turísticos donde se acunan las historias realmente interesantes. Porque de las otras (y en las otras) ya ha caído el ojo avizor del documentalista, del escritor bestsellerista. Y ni hablemos de los investigadores de «tour» vacacional que pasan a vuelo de pájaro y escriben sus reseñas con la guía trilingüe del folleto de turno.
Gustavo y Julio Víctores frente al «teocalli» del cerro de Tecutzingo
Así que siendo coherentes con ese espíritu es que hallé otra evidencia de ese manejo de energías Telúricas en los «baños de Netzahualcoyotl», en el cerro Tecutzingo, por el rumbo de Texcoco, adonde llegamos con mi mujer Mariela de la mano de Julio Víctores, el alegre y entusiasta investigador y amigo que junto con su familia ganó nuestros corazones y cautivó nuestra atenciòn. Con Julio, por cierto, realizamos otras prospecciones que comentaré en otra ocasiòn: permítaseme ahora dirigir la atenciòn de ustedes a este punto en particular.
El cerro Tecutzingo atesora misterios y leyendas. En él se encuentran las celebérrimas «Cuevas de Tecutzingo», que aquél «rey – poeta», en tiempos que no era rey y quizás ni siquiera aún poeta pero sin duda ya incipiente ingeniero, ordenó cavar con fines defensivos. La leyenda dice que se extendía por debajo de todo el valle adyacente hasta las serranías próximas. La leyenda dice también que era un laberinto que Dédalo envidiaría, con respiradores, puertas – trampa y otros «cazabobos». Dice la ¿leyenda? que un grupo de tlaxcaltecas, lanzados en persecusiòn de los hombres de Netzahuacoyotl, fue conducido hacia el interior de estas galerías, selladas las entradas y salidas y cegados los respiraderos, sometiéndolos a una muerte lenta y horrible allá, en una profundidad donde aún sus huesos nos esperan…
Acceso a las cuevas de Tecutzingo
Dentro de las cuevas
Por cierto, la experiencia de recorrer en parte estas cuevas es muy sugestiva: aún habiendo estado en laberintos calcáreos de gran monta (como la «Caverna de las Brujas», en nuestra argentina provincia de Mendoza) este corto trayecto tiene un «peso» específico propio. quizás los innumerables «orbs» que inevitablemente aparecen allí en toda fotografía señalen que el lugar tiene alguna connotaciòn energética particular. Y a tenor de lo que encontraríamos más tarde, no es de extrañar…
Vista parcial del acueducto
Cumplido el ascenso al cerro, comenzamos a ver y recorrer ls obras hidráulicas de esos «baños» que sin duda no lo eran en un sentido profiláctico. Cisternas vinculadas por acueductos, canales que se extienden por centenares de metros en ese cerro, y vienen desde distancias en algunos casos de diez kilómetros, reuniendo el agua de llevia y de los deshielos…. La obra es magnífica, y ha hecho que se llame a Netzahualcoyotl el «Da Vinci americano». Lo que creo que es un insulto: El gran Leonardo nunca llevó sus grandes ideas más allá del papel. Netzahualcoyotl las realizó íntegramente todas. El homenaje sería llamar a Da Vinci «el Netzahualcoyotl europeo».
Aunque la imaginería popular ha llamado a una cisterna «baño de la reina», a otra «baño del rey» y así sucesivamente, es indudable que de tratarse de «baños» se vincularía más bien con abluciones rituales y ceremoniales. Y muy posiblemente, terapéuticas. En el «baño de la reina» realizamos nuestras habituales prospecciones radiestésicas. Y hallamos un fenómeno muy interesante: en el fondo de la misma, el péndulo gira en un sentido dado (no importa cual, ya que sabemos el sentido de giro del péndulo radiestésico es una respuesta convencional neuromotriz a la percepciòn a nivel inconsciente de la informaciòn dada, ver mi trabajo «Porqué funciona el péndulo radiestésico», en «Al Filo de la Realidad» ), pero al colocar el pie dentro de una «huella» artificialmente trabajada en el fondo de la cisterna, el péndulo comienza a girar en sentido inverso. No hay sugestiòn posible: el experimento puede repetirse las veces que se desee, y ese cambio de direcciòn asociado a un «calce» perfecto del pie humano señalado y tallado a propósito al fondo de la misma tiene, sin duda, una razón específica que por ahora se nos escapa.
El «baño de la reina» donde el grupo dirigido por Mariela detectó el cambio de sentido de giro de los péndulos cuando se colocaba el pie en una «huella» tallada «ad hoc»
Vista del acueducto. Bajo él, corre la línea de energía telúrica
Ramal secundario del acueducto. Obsérvese la precisiòn del tallado.
El «trono»
Al fondo del acueducto, la cima
La otra comprobaciòn interesante fue comprobar que la principal línea de energía telúrica del cerro corre a lo largo y exactamente por debajo del acueducto principal que baja del cerro. Tampoco admito que esto sea casual: más bien creo que se trata de combinar el aprovechamiento hídrico del agua para además emplearla como vía conductora o potenciadora de aquella energía telúrica, que se dconcentraba en las cisternas, seguramente con fines curativos.
Tal vez no imaginen ustedes a toltecas o mexikas con péndulos o varillas de rabdonante. Pero hoy sabemos que la Radiestesia sólo se vale de objetos físicos como amplificadores o «soportes» de una facultad de percepciòn que es natural e intrínseca a la naturaleza humana. Ergo, desde siempre sabemos que existen otra maneras de percibir y «captar» estas radiaciones telúricas; recuerden, por caso, que he enseñado que en Piriápolis y de la mano del amigo y maestro Carlos Rodríguez, aprendimos a emplear el dedo anular como «detector de campos telúricos», como ya he explicado en su momento y lugar. Y observando la riquísima iconografía de Xochicalco tengo la sensaciòn que el conjunto de «mudras» y posturas de neto corte orientalista perpetúan el recuerdo borroso de acceder a otras formas de conocimiento sutil.
Lo que no pudieron los sismos, lo pudo el hombre: a ambos lados de nuestro amigo existían dos grandes estatuas -obsérvese que sólo quedaron los pies- llamados «Guardianes del Valle»
En este proceso de recuperaciòn del respeto que debemos a los pueblos ancestrales, es un acto de humilkdad reflexionar, como yo hiciera sentado en las gradas del «teocalli» o templo ceremonial de Tecutzingo, en un hecho anecdótico pero ilustrativo: allí, frente a mí, a un tiro de piedra, quizás unos quinientos metros, corría otra serranía, un bajo cordón abrupto paralelo al cerro donde me encontraba. Me explican que allí muere la Falla de San Andrés. Sí, la misma, responsable de tremendos sismos en estos siglos y cuyas consecuencias las modernas ciudades cercanas pagaron en estas décadas altos precios. A sólo 500 metros. Y miro a mi alrededor, y constato que ni ningún acuducto, ni el templo, ni otra obra de Netzahualcoyotl ha sufrido en cinco siglos el menor daño por terremoto alguno. Sí, alguna destrucciòn aquí y allá. Y en todas, la piqueta del hombre es la única responsable.
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Programa «Voces del Misterio» nº.432, programa ESPECIAL en el que Jesús Callejo y Carlos Canales hablan de BICHOS RAROS, de criptozoología y animales imposibles. Su origen y los más sorprendentes, dentro de la Semana del Misterio de Sevilla. Un interesante programa de la mano de los míticos integrantes de la «Zona Cero» de «La Rosa de los Vientos» de Juan Antonio Cebrián; también incluye un relato de Carlos San José En «Voces del Misterio», en el 91.6 fm, SFC Radio, ¿te lo vas a perder?
*Un programa dirigido por Jesús García y José Manuel García Bautista.
http://www.ivoox.com/voces-del-misterio-n-432-bichos-raros-con-audios-mp3_rf_4846511_1.html
No dejes de vivir el Misterio… En Septiembre de 2015 acude a las 4ª. Jornadas Sevillanas de Misterio que organiza el Centro Cultural “Don Cecilio”, Jose Manuel García Bautista y con todo el equipo de “Voces del Misterio” y muchas sorpresas. ESTAD ATENTOS! Seguiremos informando. Elpreambulo perfecto a las XIIª. Semana del Misterio de Sevilla para Febrero de 2016.
▶ CAÑAS Y BARRIOS: Alameda
Sección Misterio – Onda Luz
Investigación paranormal en el ‘Sanatorio de los muertos’
http://www.cadizdirecto.com/investigacion-paranormal-en-el-sanatorio-de-los-muertos.html
«Cañas y Barrios», el programa de José Antonio Colinet en Onda Luz Andalucía nos lleva a conocer el barrio de Triana, sus tradiciones, personajes, leyendas, comercios y misterios (estos con Jose Manuel García Bautista), No te lo pierdas, te sorprenderá.
CAÑAS Y BARRIOS (TRIANA parte 1)
CAÑAS Y BARRIOS (TRIANA parte 2)
Ignacio de Azevedo y Abreu, nacido en Oporto en 1526, fue paje en la corte del Rey Juan III de Portugal desde 1539. Dos años más tarde entra en la Compañía de Jesús, llegando a ser nombrado sucesivamente, rector de los colegios de San Antonio de Lisboa, Coimbra y Braga y más tarde Viceprovincial de Portugal.
En una carta al Papa en 1565 solicita ser enviado a las Indias como misionero. Accediendo a esta petición, es enviado a Brasil como Visitador de la provincia jesuítica. La patente de Visitador fue firmada por San Francisco de Borja, por aquel entonces, General de la Compañía. Aprovecha su etapa en el país recorriendo Río de Janeiro, Bahía, Sao Paulo…, encontrándose en ocasiones con el Padre José de Anchieta y, probablemente con el que llegara a ser Apóstol del Paraguay, el mártir palmero Padre José de Arce y Rojas.
Regresa a Lisboa el 31 de octubre de 1568 y es recibido en audiencia por el Rey don Sebastián. Al año siguiente se dirige a Roma en compañía del embajador don Juan Telos de Meneses y es nombrado Provincial del Brasil, con lo que adquiere la potestad para reclutar una expedición de misioneros.
El Papa San Pío V lo recibe en Roma y le obsequia con diversas reliquias para que fueran veneradas en las nuevas misiones, así como un retrato de la Virgen, copia del original -que se custodia en la capilla Borghese de la Basílica de Nuestra Señora La Mayor de Roma-, atribuido al pincel del Evangelista San Lucas.
Ignacio recorre Madrid, Valencia, Barcelona, Medina del Campo, etc. En Portugal visita Évora, Coimbra, Braga. En todas estas zonas iba alistando voluntarios.
El día 3 de mayo de 1570 concentra en Val del Rosal a los 77 misioneros en la fiesta de la Santa Cruz. El día 2 de junio, cerca de Lisboa, en Belem, escribe ya en el galeón Santiago al General de la Compañía de Jesús.
Don Luis de Vasconçelos y Meneses había sido nombrado gobernador del Brasil, disponiéndose a zarpar en una flota compuesta por siete navíos. En tres de ellos, se habían instalado los misioneros jesuitas, llegando a mediados de junio de 1570 al puerto de Funchal (Madeira). Un poco antes, había salido de La Rochela, en el sur de Francia, el hugonote francés Jacques Souris, al mando de sus navíos, ávidos de encontrar algún botín. Llega al puerto de la isla portuguesa pero es rechazado por la artillería del castillo de San Lorenzo y de los cañones de las naves de don Luis Vasconçelos, cuya flota aún se hallaba anclada en la bahía.
Es curiosa la narración de Guillén de Lugo de Casaus -de quien se dice que inició el fabuloso joyero de la Virgen de Las Nieves-, en el acta del cabildo palmero de 28 de julio de 1570, cuando denomina al pirata francés “Capitán Curi”, asemejándose este nombre a la pronunciación francesa de “Souris”.
El galeón Santiago zarpó del puerto de Funchal con rumbo a Santa Cruz de La Palma el 7 de julio de 1570, aprovechando que los piratas habían abandonado finalmente la isla. A bordo iba el Padre Ignacio de Acevedo con 39 misioneros más y algunos pasajeros, amén de la tripulación. Estuvieron a punto de ser abordados por los cinco navíos de Sourie. Un fuerte viento se levantó repentinamente, lo que dispersó a los barcos, al aproximarse a La Palma. El galeón de los jesuitas tuvo que guarecerse rápidamente en el puerto de Tazacorte. Una vez anclado el galeón, saltaron a tierra los misioneros, quienes fueron acogidos por la familia Monteverde, establecida allí desde hacía algunos años. Se dio la circunstancia de que Melchor de Monteverde y Pruss se había educado junto con el Padre Ignacio en Oporto.
El 13 de julio de 1570 celebró el Padre Ignacio de Acevedo su última misa en tierra, en la iglesia del Patrón de La Palma, San Miguel Arcángel de Tazacorte.
Se cuenta que, en el preciso instante de que el jesuita sumió el cáliz, tuvo una revelación de su próximo martirio. Esto le provocó una tremenda impresión, lo que hizo que con sus dientes produjera una melladura en el borde del cáliz. En las crónicas del alcalde constitucional de la capital palmera Lorenzo Rodríguez, queda recogido ese momento de la siguiente forma: “en un sagrario muy decente se guardaban, con mucha veneración, el cáliz y patena, regalo de San Pío V, con que habían dicho la misa, el cual conservaba una confusa melladura hecha con los dientes incisivos, al tiempo de sumir el linguis, atribuyéndose entonces este hecho a la revelación que en aquel momento había tenido dicho padre de que iba a padecer martirio”. Se cuenta que el Obispo de la Diócesis de Tenerife don Luis Folgueras y Sión, en la visita que hizo a La Palma en 1831, se llevó esta reliquia y la envió a Roma.
Las reliquias entregadas por el Papa fueron desembarcadas y entregadas a su amigo Melchor, como muestra de agradecimiento por su acogida y, quizá, para que no cayesen en manos impías según su premonición. El caballero las depositó en la ermita de San Miguel. Este cofrecito se guarda aún hoy en esta parroquia.
El 14 de julio de 1570 zarpa el galeón Santiago rumbo a Santa Cruz de La Palma, por la parte sur de la isla. El mar, por este lado de poniente, se hallaba en calma ese día, lo que obliga al galeón a avanzar lentamente costeando la isla para mejor aprovechar el “terral”, la ligera brisa que le llega de tierra.
El corsario Jacques Sourie, a bordo del navío de guerra “Le Prince”, pudo interceptar al galeón de los jesuitas cuando éste se aproximaba a la Punta de Fuencaliente, aprovechando los vientos favorables que le venían del mar por la parte del naciente. Esto sucedió al amanecer del día 15 de julio. A los disparos de intimidación por parte de los piratas, les siguen los intentos de abordaje. Mientras tanto, los otros navíos del pirata se iban acercando al galeón “Santiago”. A la orden de Sourie, de los cinco barcos franceses saltaron salvajemente sobre el galeón portugués, unos piratas armados ávidos de sangre y riquezas. Nada pudieron hacer los tripulantes y los jesuitas. Todos iban sucumbiendo ante tal atroz ataque. El Padre Acevedo alentaba como podía a sus compañeros y compatriotas. Un capitán calvinista lo hiere en la cabeza con una espada. A duras penas seguía exhortando a los suyos a perdonar a los verdugos, mientras abrazaba con fuerza el pequeño cuadro de la Virgen, obsequio de Pío V. Herido de muerte por tres golpes de lanza, cayó al suelo sin vida.
Los piratas lanzaron por la borda a los cuerpos, algunos moribundos, hasta que los vieron hundirse en el mar. Los martirizados fueron dos sacerdotes, siete alumnos del Escolasticado, ocho hermanos coadjutores y veintitrés novicios.
Tan sólo se le había perdonado la vida al hermano cocinero, un joven que era sobrino del capitán de la nave. No satisfecho con su destino, decide vestirse con el hábito religioso y se declara jesuita. Fue degollado.
Después del martirio, los asesinos llegan a San Sebastián de La Gomera en son de paz. Al paso de los días se fue divulgando la espeluznante noticia. El Conde de La Gomera, don Diego de Ayala y Rojas, recaba de Jacques Sourie la entrega de los 28 miembros de la tripulación y pasajeros lusitanos que tenía prisioneros el corsario francés. Una vez llegados estos hombres a Funchal, relataron minuciosamente al jesuita Padre Pedro Díaz lo ocurrido a bordo de la nave portuguesa. Todo fue recogido en “La Relación del martirio del padre Ignacio de Azevedo y sus compañeros”.
Fenómenos extraños en el Hogar Virgen de los Reyes junto al Parlamento de Andalucía, con experiencias narradas directamente por sus protagonistas y víctimas del misterio, con un testigo directo de una aparición. Fenómenos extraños, presencias, apariciones, fantasmas y mucho más.Dentro del programa “Plató Abierto” de Localia Tv Sevilla.
El programa «Sevilla Oculta» de televisión profundiza en el misterio del Hogar Virgen de los Reyes. Un programa en el que José David Flores cuenta su expericia terrorífica. Un espacio dirigido por Jose Manuel García Bautista para 20 Tv.
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Programa «Voces del Misterio» nº.432, programa ESPECIAL en el que Jesús Callejo y Carlos Canales hablan de BICHOS RAROS, de criptozoología y animales imposibles. Su origen y los más sorprendentes, dentro de la Semana del Misterio de Sevilla. Un interesante programa de la mano de los míticos integrantes de la «Zona Cero» de «La Rosa de los Vientos» de Juan Antonio Cebrián; también incluye un relato de Carlos San José En «Voces del Misterio», en el 91.6 fm, SFC Radio, ¿te lo vas a perder?
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Aradia, el evangelio de las brujas (Aradia or the gospel os the witches) es un libro esotérico de vampiros del folklorista norteamericano Charles Leland, publicado en 1899.
El evangelio de las brujas describe un misterioso culto en la región de Toscana, asociado a la Wicca y las prácticas paganas más antiguas.
Aradia es apenas un fragmento de un extraño libro que Leland recibió de una bruja autodenominada Maddalena. El manuscrito original se llama Vangelo (En italiano, evangelio). Poco sabemos sobre aquella mujer. Sólo que se trataba de una bruja de alto rango dentro del culto.
El evangelio de las brujas, exceptuando los capítulos de puño y letra de Leland, versa sobre el antiquísimo culto a la diosa Aradia, quien, según afirma el libro, instruyó a las brujas sobre cómo protegerse del avance del catolicismo.
Aradia.
¿Pero quién es Aradia? Y lo que es más relevante para nosotros, ¿cuál es su vínculo con los vampiros?
La palabra «Aradia» no tiene antecedentes clásicos. Algunos opinan que podría tratarse de la fusión de dos diosas: Hera-Diana. Otros, que corresponde Erodiade, una oscura diosa cuyo culto fue condenado vigorosamente en el concilio de Angora (siglo VI).
Erodiade era una de las hijas de Diana, una diosa rebelde enviada a la tierra a enseñar la brujería como herramienta de resistencia social ante el autoritarismo del clero.
Según algunos eruditos del folklore hebreo, Erodiade es asociada con Lilith, la madre de los vampiros, tanto por su iconografía como por su ideología. Modernos estudios sobre un curioso proceso judicial en la ciudad de Milán, en 1390, corroboran esta hipótesis. Sibila y Pierina, dos brujas italianas, describieron en aquella ocasión cómo adoraban a Lilith (símbolo de la sexualidad femenina en estado salvaje) bajo diferentes máscaras. Una de ellas era Erodiade, la Aradia de nuestro misterioso manuscrito.
El evangelio de las brujas:
Dejamos de lado las interesantes reflexiones de Charles Leland sobre la mitología wicca en la Toscana, y pasemos al contenido. Casi al principio leemos:
Yo creo fielmente que en ese Evangelio de la brujas (Vangelo) tenemos una descripción clara de la doctrina y los rituales del aquelarre; dónde se rendían culto a deidades prohibidas y practicaban actos abominables, inspirados tanto en la rebelión social como en sus propias pasiones
El evangelio de las brujas expone conjuros, rituales y hechizos, también una cosmogonía demencial, que sostiene a un dios del sol llamado Lucifer, a la Diana romana, Caín y Aradia en el papel de Mesías de las Brujas. El libro abarca dos aspectos fundamentales: la brujería como religión -o contrarreligión- y como actividad utilitaria, práctica, para resolver problemas de orden agrónomo y climático.
Además de exponer hechizos para enamorar y filtros sexuales, El evangelio de las brujas detalla una cosmogonía única, centrada en la mujer como origen y eje de la humanidad. No hay constancias de una visión similar en otras construcciones míticas.
Resumimos brutalmente el edificio mitológico del Evangelio de las brujas:
Diana es la reina de las brujas. Parió al hijo del Sol, su hermano (Lucifer); como diosa lunar está asociada a Caín, quien vive en cautividad. Las viejas brujas eran mujeres oprimidas por el hombre. Se rebelaban en secreto orquestando orgias en honor a Diana, las cuales eran vistas por la iglesia católica como un culto a Satanás. Diana no solo es la diosa de las brujas, también la creadora del universo -tercer capítulo-. Tras el nacimiento de su hijo Lucifer, Diana se transforma en gato y lo seduce, para concebir a Aradia, su hija, enviada para enseñar la magia a elemental a las mujeres sometidas. Las discípulas de Aradia son las primeras brujas y continuaron el culto a Diana.
Disección del evangelio.
Bibliográficamente, El evangelio de las brujas es un compendio de oscuridades y luces esquivas. Sus quince capítulos no son una traducción fiel del Vangelo de Maddalena. Por el contrario, abundan las anotaciones de Leland sobre sus mitos y narraciones. Incluso se advierte una mano femenina detrás de ciertos conceptos poco viriles. El medievalista Robert Mathiesen opina que El evangelio de las brujas no sólo está basado en el Vangelo, sino en los propios comentarios y explicaciones de la misteriosa Maddalena.
Charles Leland, tras un sesudo estudio del asunto, conjetura:
Las brujas, incluso hoy, forman un sociedad secreta, fragmentada, que ellas llaman Antigua Religión. Poblaciones enteras de la región de Romaña practican este culto ancestral. La existencia de una religión supone la existencia de una Escritura. En tal caso se puede aceptar que el Evangelio de las Brujas es ciertamente una obra inmemorial.
Es oportuno señalar que la brujería fue perseguida no ya como una expresión anti-católica, sino como movimiento revolucionario. Las brujas fueron quemadas por brujas, pero también por algo más: una religión subterránea, antiquísima, arraigada en la genética de los pueblos europeos, y cuya raíz visible eran sus festividades, más no su última aplicación.
No es curioso advertir la figura de Lilith detrás de este misterio. Una deidad desterrada por Dios, exiliada por no someterse sexualmente a Adán y condenada a una existencia de partos ilimitados y abominables operaciones hematófagas; bien puede convertirse -cambiando la fuente- en la punta de flecha de una resistencia cultural, centrada en la mujer como esencia de la humanidad.
La casa colonial del renacimiento en Meriden Avenue, es un simple casa blanca de varios pisos que se construyó en 1916 y se encuentra en un barrio que es reconocido por el Registro Nacional, como un barrio histórico en el Condado de Hartford.
Durante años, el edificio sirvió como una funeraria, pero se convirtió en una casa dúplex de alquiler (o apartamentos) a mediados de la década de 1980.
Desde hace varias décadas a partir de 1936, la casa fue el hogar de la funeraria Hallahan. Parece que la funeraria Hallahan se trasladó a otro pueblo el de Plantsville, Connecticut, en algún momento a mediados de la década de 1980.
Los hechos tuvieron lugar en el 208 de Meriden Avenue, Southington, en el estado norteamericano de Connecticut en el año 1986. La familia Snedeker formada por el matrimonio de Carmen y Allen con sus tres hijos y una sobrina alquiló una casa en ese pueblo con el fin de vivir más cerca del hospital John Dempsey, en la universidad de Connecticut, en el que Philip, el hijo varón mayor, estaba recibiendo tratamiento por un cáncer del sistema inmunológico llamado linfoma de Hodgkin.
Carmen hija de un sargento del ejército y divorciada con dos hijos de su primer matrimonio Philip y Bradley, conoce a Allen Snedeker también divorciado en 1979 en Connecticut, mientras ella trabajaba de camarera en un restaurante. Al poco tiempo de conocerse deciden casarse y tienen una niña llamada Jennifer.
Su vida transcurre tranquila en New York, Allen trabajaba en una cantera de piedra y Carmen cuidaba niños, pues la economía no era muy holgada. Será en 1986 cuando el hijo mayor del matrimonio, Philip, empieza a tener unas molestas toses que no alarman excesivamente a Carmen hasta que el niño de 14 años de edad, le dice que tiene un bulto en el lado izquierdo de la mandíbula.
Carmen lleva al niño a la consulta del médico de la familia y tras hacerle unas pruebas iniciales y una biopsia, le diagnostican un cáncer linfático. El niño es ingresado durante tres semanas en el hospital Dempsey de Connecticut y comienzan a darle sesiones de quimioterapia y cobalto. Los ciento y pico kilómetros de vuelta desde Connecticut a New York, se hacían insoportablemente dolorosos para Philip, teniendo que parar continuamente debido a las náuseas de su hijo.
Para ahorrarle tan doloroso viaje a su hijo, Carmen decide buscar una casa en Connecticut a pesar de contar con un escaso presupuesto para ello. Un día mientras su hijo recibía la quimioterapia en el hospital, ella encuentra una preciosa casa blanca de estilo colonial y grandes ventanales con el cartel de «se alquila». Pensaba que sería demasiado cara para su escaso presupuesto pero a pesar de ello, decide entrar y preguntar por el precio del alquiler. Dentro de la casa se encontraban en ese momento unos obreros que estaban terminando de remodelar la casa, serán estos albañiles los que le proporcionen el teléfono del propietario, el Sr. Darrell Kern.
Esa misma noche Carmen llama a Darrell Kern desde el motel en el que se aloja junto a su hijo Philip. El precio es lo suficientemente asequible para poder pagarlo así que decide cerrar el trato con el Sr. Kern y mudarse a la casa lo antes posible.
La noche antes de mudarse a la casa, Carmen tiene un extraño sueño en relación a ésta. Sueña con ataudes alineados y cuerpos desnudos de pieles mortecinas, asimismo sueña con herramientas antiguas, en concreto ganchos y cadenas, así como con un hombre que tiene una bata blanca manchada de sangre que se movía entre los ataúdes y cortaba los cuerpos con extrañas herramientas.
Por fin, el 30 de junio de 1986, la familia se muda a la vivienda para empezar una nueva etapa en sus vidas. En el sótano hayan una serie de habitaciones a las que se accede a través de unas puertas batientes. En alguna de ellas las paredes están manchadas de algo oscuro que al principio piensan que es humedad. En las estanterías que cubren ciertas zonas de la pared, hay herramientas parecidas a sierras, cuchillos y una serie de gomas y tubos. En el centro de la habitación hay una camilla metálica giratoria. También hay una serie de tanques o bidones grandes que al principio piensan que contienen gasoil para la calefacción. Del techo observan como cuelgan algunas cadenas que sostienen una especie de tableros de madera. El sótano tiene otro acceso a través de una rampa que conecta con el exterior de la casa.
La habitación les da muy malas vibraciones y no se encuentran nada a gusto allí, incluso la habitación despide un olor nada agradable. Días más tarde durante una visita del Sr. Darrell Kern a la familia para ver cómo había ido la mudanza, Carmen le pregunta por los objetos del sótano, éste le dirá que no los tire porque son un recuerdo que quiere conservar.
Deciden que la zona del sótano será para Philip y Bradley, aunque Philip prefiere dormir en el salón del comedor hasta que llegue su hermano Bradley que está pasando unos días con su abuela, porque según le cuenta a su madre allí abajo hay algo malvado. Pensando que eran cosas de niños, le quitan importancia al comentario de Philip y deciden que espere a su hermano para que se instalen juntos en el sótano.
Carmen comienza a darse cuenta de ciertos detalles que le llaman la atención. Observa que a pesar de que la casa tiene unos grandes ventanales, la luz no penetra a través de ellos en la casa por más que los limpie.
Su hijo Philip oye una voz masculina que le llama desde el sótano, pero cree que es debido a la medicación o a que está medio dormido, pues suele oírla por las mañanas al despertarse. Pero un día vuelve a escuchar la voz que le dice: «Philip ven aquí». El adolescente se queda helado y presa del miedo decide volver al salón y poner el televisor a todo volumen. Cuando se lo cuenta a su madre, ésta lo achaca a la medicación tan fuerte que está tomando.
Philip se hace amigo de Cody, un chico de la casa de enfrente que suele jugar con Philip en el sótano, pero con el tiempo Cody le dice a su amigo que no le gusta ese lugar porque siente algo extraño allí abajo. Ya no era cosa de la medicación, porque su amigo también sentía algo raro allí.
Será entonces cuando Philip comienza a ver sombras que pasan cerca de él por el rabillo del ojo, las ve esconderse detrás de los muebles y a veces incluso le rozan. Piensa que son visiones producidas por la medicación pero un día su hermana pequeña de 4 años ve a una mujer vestida de blanco reflejada en el espejo de su habitación. Esto le confirma de nuevo a Philip de que la medicación no tiene nada que ver con lo que está oyendo y viendo. Días más tarde el mismo Philip verá a un joven de unos 20 años abriendo las puertas batientes del sótano que le llama por su nombre.
Carmen empieza a sospechar que allí está pasando algo raro, el testimonio de Philip y el de su hija acerca de las personas que han visto, la pone en alerta. Incluso su marido le comenta un día de que ha oído una especie de música de entierro cerca del sótano. Cuando realmente Carmen se asusta de verdad, es cuando fregando el suelo de la cocina observa que el agua del cubo está totalmente roja, como si fuera sangre.
El día en que regresaba Bradley de casa de los abuelos, Carmen decide preparar una gran cena de bienvenida. Saca la vajilla y cubiertos y tras colocarla en la mesa, se da la vuelta para coger el teléfono que en ese momento sonaba. Cual sería su sorpresa cuando al colgar el teléfono todo había desaparecido de la mesa y estaba colocado en los armarios.
Acomodados ya ambos hermanos en la habitación del sótano, una noche pudieron ver en una de las cómodas que tenían frente a sus camas, a tres hombres que los miraban fijamente a la vez que les susurraban algo. Después de unas risas macabras y escalofriantes de los tres hombres, uno de ellos coge un juguete que había sobre la cómoda y lo estrella contra el suelo rompiéndolo en mil pedazos.
Hasta dos años antes de que la familia Snedeker fueran a vivir allí, la casa había funcionado como funeraria. Darrell Kern, el antiguo dueño de la casa Southington, confirmó que antes de comprar la propiedad en la década de 1980, había servido como Funeraria Halloran por varias décadas.
La habitación del sótano era la habitación de los ataúdes y los extraños bidones o tanques no contenían gasoil sino que se utilizaron en su día para contener la sangre y fluidos de los cadáveres.
Los sucesos paranormales crecían en intensidad, los vasos se movían solos y las sillas cambiaban de lugar solas. Por las noches las camas vibraban solas y la visión de sombras eran continuas. Philip llegó a ver a un niño negro de unos 4 años con un traje de superman, del que más tarde se enteraron que había sido enterrado así.
La hermana de Carmen por entonces se estaba divorciando de su marido y Carmen decide hacerse cargo de su sobrina Tammy durante ese proceso de divorcio. Una noche mientras dormía la puerta de su habitación se abrió y se encontró con su primo Philip que intentaba abusar de ella. Más tarde una ambulancia lo llevó a un hospital psiquiátrico, donde permaneció durante cuarenta y cinco días.
La familia ya no puede más, miles de moscas invaden las habitaciones, los susurros son insoportables, el mal olor, incluso el encendido de lámparas sin tener ni siquiera bombillas. Es entonces cuando Carmen descubre en una revista al matrimonio de Ed y Lorraine Warner, los cuales se dedican a limpiar a casas con fenómenos extraños.
Lorreine recorre habitación habitación ella sola y lo que vive cuando baja al sótano la aterra. Ve a un hombre grueso que está manipulando y trasladando cadáveres a los que toca las piernas y órganos sexuales, es decir , que practicaba la necrofilia con los cadáveres. Lorreine diría más tarde «que aquello era una infestación tremenda del mal, que aquello no era un espíritu humano». Ed y Lorreine dejaran en la casa a tres miembros de su equipo permanentemente en la casa y cuando ven que no pueden hacer nada para liberar la casa de esas presencias, llaman al sacerdote Timothy Conlan que se enfrentará al poder demoníaco que según él habita la casa, realizando un exorcismo que le llevará un día entero.
Después del exorcismo la familia se marchó de la casa a un piso más pequeño y la casa es alquilada de nuevo. Según la actual propietaria de la casa Southington, Susan Trotta-Smith, actualmente en la casa no se produce fenómeno paranormal alguno «Hemos vivido en la casa durante diez años sin que ocurra nada. Nuestra casa es maravillosa «.
Durante los tratamientos en Southington, el cáncer de Philip Snedeker entró en remisión y no ha reaparecido desde entonces. Ahora está en la treintena, trabaja como camionero y tiene cuatro hijos.
Día 17 de Julio (Viernes): Ruta EXTREMA: Investigando en un edificio encantado fenómenos paranormales.
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