Tzimisce, el clan más inhumano

Por Jesús Quintana

Desde tiempos inmemoriales los Tzimisce han aterrorizado la Europa más allá del Elba. A lo largo del Oder y del Danubio, a través de las ciénagas del Pripet, entre los riscos de los Cárpatos acechan los Demonios, reclamando cada uno su territorio y desatando terribles venganzas sobre los intrusos. Los milenios pasados defendiendo sus tierras frente a todos han hecho de los Tzimisce unos seres extremadamente depravados, cuya crueldad es tristemente célebre incluso entre los demás vampiros.

De todos los clanes, el Tzimisce es quizá el más inhumano. Son seres de gran erudición, incluso brillantes, pero sus estudios (y su Disciplina de Vicisitud) les han llevado a la inequívoca conclusión de que los vampiros son superiores a los humanos, y ellos superiores a los demás vampiros. Los «mejores» (según el criterio Tzimisce) humanos merecen ser elevados al estado superior; los demás son morralla. Al contrario que muchos vampiros, los Tzimisce no se consideran malditos o condenados. Si Dios les ha condenado, dicen, quizá haya llegado la hora de nuevos y mejores dioses…

Durante los años siguientes a la caída de Roma, el clan convirtió en esclavos/vasallos a varios caudillos de Europa Oriental, creando «familias ghoul» de noble linaje y poderes sobrenaturales hereditarios. Esas familias les dieron un gran poder temporal a sus señores, y desde entonces los habitantes de la región han gemido bajo el yugo de sus amos Tzimisce. El dominio Tzimisce permaneció indiscutido durante siglos, y el clan era seguramente el más poderoso de Europa.

Pero los últimos tiempos han sido duros para los Demonios. Un conflicto con los hechiceros Tremere (que alcanzaron la inmortalidad usando vital Tzimisce robada) se convirtió rápidamente en una guerra a gran escala. Al principio, la fuerza bruta de los Tzimisce y sus tácticas de terror les dieron ventaja, pero la superior organización de los Usurpadores y sus poderes mágicos acabaron cambiando las tornas. Por otra parte, los apuros de los Tzimisce han sido como bálsamo para los corazones de los clanes rivales. Bajo la tapadera de invasiones mortales, otros vampiros han comenzado a disputarse sus mermadas posesiones. Terribles voivodas envían a sus jóvenes a luchar y morir en su nombre, y la progenie acude obligada por su Juramente de Sangre, aunque por primera vez han comenzado a quejarse de su servidumbre…

Remoquete: Demonios

Apariencia: Pocos Tzimisce tiene un aspecto normal. Muchos son angelicalmente bellos o monstruosamente horrendos. Hay varios, especialmente los que mejor dominan la Disciplina de Vicisitud, que cambian de forma cada noche. Algunos Tzimisce desplazados, furiosos por la «traición» de sus súbditos, atacan a sus antiguos rebaños como monstruos espantosos.

Refugio: Los voivoda Tzimisce mantienen castillos ancestrales, en los que viven junto a su progenie en medio de un decadente esplendor. ¡Ay del que irrumpa en el feudo de un Tzimisce! El raro visitante (mortal, vampiro o lo que sea) invitado a las posesiones de un Tzimisce es agasajado como un príncipe, pero debe tener cuidado de mostrar a cambio una exquisita cortesía. Los Tzimisce aprecian sus refugios, pero raramente se molestan en conservarlos en buen estado.

Trasfondo: Es muy frecuente que los Tzimisce seleccionen a miembros de las familias nobles «mascotas» del clan, y no pocos de ellos son ghouls antes del Abrazo. De vez en cuando, se acepta en el clan a un forastero particularmente brillante o instruido, y los voivodas suelen tomar a quien les llame la atención (como «novias» o similares).

Creación del personaje: La mayoría de los Tzimisce proceden de Europa Oriental, y tienden a los conceptos de noble o estudioso. A medida que avanza la guerra contra los Tremere, más y más Tzimisce son escogidos por sus aptitudes marciales (o su pura brutalidad). Los Atributos Mentales son frecuentemente los primarios. Muchos Tzimisce tienen Criados en forma de monstruosos servidores ghoul desfigurados mediante la Disciplina de Vicisitud. Otros Trasfondos corrientes son los de Rebaño e Influencia. Los Tzimisce siguen una gran variedad de caminos, aunque el de la Bestia es el más común, y algunos profesan abiertamente el de la Humanidad.

Disciplinas del Clan: Animalismo, Auspex, Vicisitud.

Debilidades: Los Tzimisce son muy territoriales, y están atados a la tierra que conocieron en vida. Cuando un Tzimisce duerme, debe rodearse de al menos dos puñados de una tierra que fuese importante para él en sus días mortales (tierra natal, de sus señorío, de su tumba… etc.). De no ser así, las Reservas de dados del Tzimisce se reducen a la mitad cada veinticuatro horas, hasta que no pueda usar más que un dado para cada acción. La penalización desaparece tras haber descansado durante ocho horas rodeado por esa tierra especial.

Organización: Los Tzimisce son criaturas muy jerárquicas, pero también amantes del aislamiento. El clan se divide en pequeñas unidades compuestas por un sire vampírico, señor de unas tierras (voivoda), y sus neonatos, muchos de los cuales han sido forzados a someterse a su sire mediante un Juramento de Sangre. Se espera que el voivoda sea obedecido en todo por su progenie. Las relaciones entre los voivodas están regidas por un complejo protocolo, y son tensas en el mejor de los casos: las continuas rencillas entre estos antiguos son la razón principal de que el clan no haya podido derrotar aún a los Tremere. Últimamente, a medida que van cayendo más y más voivodas, su progenie se ve obligada a viajar al exilio en el oeste.

Cita: Buenas noches, viajero. Te doy la bienvenida al señorío de mi voivoda, el conde Vladimir Rustovitch, en el que entraste al pasar el vado a una legua de aquí. Estás de suerte: tenemos amplios aposentos y numerosas diversiones esperándote en nuestro castillo.

Estereotipos

Assamitas: Tenemos poco trato con estos paynims. Distraen a lo Lasombra y a los Ventrue en Asia Menor, y eso nos conviene.

Brujah: Oh, mil perdones, ¿una ciudad en la que pueda coexistir armoniosamente con los mortales? ¿Eso va a ser mi paraíso terrenal? ¿Ese es el sueño Brujah? Hmmph… creí que era un merodeador nocturno bebedor de sangre, pero es obvio que estaba equivocado.

Capadocios: Interesantes e iluminados, pero sólo buscan el dominio de lo mortal, mientras que nosotros aspiramos a convertirnos en amos de la inmortalidad.

Gangrel: Sólo nosotros aventajamos su comprensión de la Bestia; son, por tanto, útiles perros de caza contra los malhadados Tremere.

Lasombra: Tantos esfuerzos y tantas noches malgastadas en interminables partidas de ajedrez, lanzando este peón contra aquel otro… La política es simple: dile a tus inferiores lo que han de hacer, empala a quien se atreva a desobedecerte, y sigue adelante con los asuntos de verdadera importancia.

Malkavian: Su demencia, aunque debilitante, puede traer la inspiración. Talla una copa en la calavera de un Malkavian y bebe su sangre del recipiente. Los humores residuales de la cavidad cerebral se mezclarán con la vital, proporcionando visiones profundamente reveladores.

Nosferatu: Son estoicos, aunque toscos, y entienden el poder del terror. Admíralos a distancia, y haz ejemplo con cualquiera de ellos que se atreva a contaminar nuestros señoríos con su repugnante presencia.

Ravnos: Basura ladrones. Les arrancaremos mil gritos por cada chuchería que nos hayan robado.

Seguidores de Set: Ellos son gusanos, nosotros dragones. Les conviene escurrirse en sus agujeros a nuestro paso.

Toreador: Pequeños y empalagosos vampiros domesticados. Desean que admiremos su arte, pero ¡oh, cómo se espantan ante el nuestro! Conservadlos como mascotas hasta que sus versos comiencen a aburriros. Entonces arrojadlos al foso del vozhd.

Tremere: Les arrancaremos el don que robaron de sus entrañas destrozadas, los empalaremos en los mismo picos de los Cárpatos que profanaron, alimentaremos a los vodyanoi el Danubio con sus biliosos humores, y dejaremos sus restos para las aves carroñeras. Entonces empezaremos a enseñarles de verdad el significado del dolor.

Ventrue: Víboras teutonas que sonríen cordialmente y después te muerden el tobillo. Arrancadles sus lenguas hipócritas y ponedles un bozal en los colmillos.

Baali: Esfuerzo desperdiciado. ¿Por qué debemos conjurar lo que ya se ha encarnado sobre la tierra? Por supuesto, si lo que necesitan es monstruosidad y un aspecto grotesco, estaremos encantados de satisfacerles.

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«Cañas y Barrios», con José Antonio Colinet en Chipiona (con misterios)

Jose Antonio Colinet presenta un nuevo programa de «CAÑAS Y BARRIOS» donde conocer mejor las costumbres, lugares emblemáticos, arte, curiosidades, entrevistas y misterios (con Jose Manuel García Bautista). En esta ocasión viaja a la localidad gaditana de Chipiona.

CHIPIONA parte 1 [youtube http://youtu.be/G7_Mklu8vj4]
CHIPIONA parte 2 [youtube http://youtu.be/TdciDUrmwZc]

Voces del Misterio nº. 433: Misterios escondidos y secretos en el arte con Javier Sierra; relato de terror

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Programa «Voces del Misterio» nº.433, programa ESPECIAL en el que Javier Sierra nos hablará de los MISTERIOS ESCONDIDOS Y SECRETOS EN EL ARTE, Lorenzo Fernández Bueno y Juan José Revenga nos llevan a conocer los MISTERIOS DE LA ARQUEOLOGÍA Y LAS CULTURAS PERDIDAS DEL MUNDO; también incluye un relato de Carlos San José. En «Voces del Misterio», en el 91.6 fm, SFC Radio, ¿te lo vas a perder?

VDM-SFC

*Un programa dirigido por Jesús García y José Manuel García Bautista.

http://www.ivoox.com/voces-del-misterio-n-433-misterios-escondidos-y-audios-mp3_rf_5181699_1.html

 

El día en el que Stephen King llegó a pasar miedo para escribir «El resplandor».

Andrés González-Barba @abcdesevilla / Sevilla

Hay ciertos enclaves en todo el planeta que por su especial ubicación, por su historia o por estar asociados a determinados sucesos luctuosos, que han producido siempre una sensación de terror en todo visitante que se haya pasado a descubrirlos. Eso ha ocurrido con escenarios como el bosque japonés de Aokigahara —lugar en donde se suicidan cientos de personas al año—, la isla de las muñecas, de Xochimilco —en la que un pescador colocó decenas de mueñacas para protegerse del espíritu de una niña ahogada en una laguna— o el Stanley Hotel, que inspiró a Stephen King para escribir «El resplandor». Esos casos y otros más son los que recoge el periodista Lorenzo Fernández Bueno (Jaén, 1972) en su libro «99 Lugares donde pasar miedo» (Libros Cúpula).

Como él mismo reconoce, la idea surgió por casualidad. «Durante ocho años he hecho documentales para La 2 rayando la aventura y con rigor mucho rigor histórico. Sin embargo, cuando dejábamos de rodar y apagábamos las cámaras había muchas cosas asociados a estos lugares que no se recogían en estos reportajes. Viendo el nivel de documentación que han salido en estos ochos años han surgido muchas características: son lugares paisajísticamente maravillosos, que reúnen una gran documentación». Además, otra de las circunstancias es que este investigador ha viajado a la práctica total de estos escenarios, ya que sólo se ha quedado sin ir a dos o tres de ellos. Sigue leyendo

Viajeros del tiempo: Un teléfono celular en video de 1938.

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El tiempo es una de las más extrañas propiedades de nuestro universo. ¿Que es el tiempo? ¿Es posible viajar en el tiempo? Durante siglos, estas preguntas tienen apasionados a los científicos, filósofos y religiosos, y la línea que separa el misticismo y la ciencia se ha convertido en extremadamente delgada.

Para reavivar la curiosidad sobre estas preguntas existe un curioso vídeo de 1938 en que vemos una mujer hablar a través de un dispositivo inalámbrico.

Las imágenes fueron tomadas en una fábrica en Estados Unidos. ¿Es posible que esta mujer este en posesión de un dispositivo que habría sido inventado sólo medio siglo más tarde?

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La amenaza de los supervolcanes

¿Qué es un «supervolcán» o una «supererupción?» Ambos términos son bastante nuevos e inspiran una lógica inquietud en la gente. Los geólogos han empezado a utilizarlos en los últimos años para referirse a erupciones volcánicas explosivas que expulsan unas diez mil veces más magma y cenizas que el Monte Santa Helena en 1980, una de las erupciones más explosivas en las últimas décadas.

Es difícil imaginarse una erupción de tal alcance, pero la superficie de la Tierra ha conservado indicios distintivos de muchas supererupciones masivas. Las capas expansivas de ceniza llegaron a cubrir grandes porciones de muchos continentes. Y las calderas vacías, cráteres que pueden tener un diámetro tan grande como 100 kilómetros, y que son lo que queda después de que un gran volcán se derrumba tras vaciarse su cámara magmática completa, sirven como recordatorios amedrentadores de supererupciones desencadenadas tiempo atrás en Chile, Estados Unidos, Indonesia y Nueva Zelanda.

La erupción de estos supervolcanes prehistóricos remodeló grandes áreas. El flujo de magma del Monte Toba en Sumatra, que entró en erupción hace unos 74.000 años, en lo que probablemente fue la mayor erupción volcánica conocida, lanzó la colosal cantidad de 2.800 kilómetros cúbicos de magma, y dejó una gruesa capa de ceniza sobre todo el sur de Asia. En comparación, la cantidad de magma expulsado durante la erupción del Krakatoa en Indonesia en 1883, una de las mayores erupciones documentadas en la historia, fue de unos 12 kilómetros cúbicos.

Los vulcanólogos siguen buscando respuestas a muchos enigmas sobre los supervolcanes. ¿Qué desencadena sus erupciones? ¿Por qué no entran en erupción hasta que las cámaras de magma alcanzan proporciones tan enormes? ¿Qué hay en su composición que sea distinto, en comparación con la composición que es típica de las erupciones normales? Y, quizá el enigma más trascendental: ¿Cómo podemos predecir cuándo entrará en erupción el próximo supervolcán?

Erupción volcánica. Foto: USGS.
Sin embargo, hay una cosa en la que todos los expertos están de acuerdo: Aunque las supererupciones no son imposibles en la actualidad, son fenómenos muy raros, y las probabilidades de que se produzca alguna en el transcurso de la vida de cualquier persona que lea este artículo son sumamente pequeñas.

La supererupción más reciente se produjo en Nueva Zelanda hace unos 26.000 años. La siguiente más reciente, la erupción catastrófica del Monte Toba, se desencadenó alrededor de 50.000 años antes que la de Nueva Zelanda.

En total, los geólogos han identificado los restos de unas 50 supererupciones, aunque todavía no están claras muchas de las circunstancias que rodearon a esas catástrofes.

Cincuenta supererupciones pueden parecernos muchas. Sin embargo, cuando un grupo de científicos calculó la frecuencia aproximada de las supererupciones, descubrió que hay sólo 1,4 cada millón de años.

Eso no quiere decir que cada millón de años, a intervalos regulares, se desencadene al menos una supererupción. Podrían pasar muchos millones de años sin supererupciones, o muchos supervolcanes podrían entrar en erupción en un período corto. El registro geológico sugiere que los supervolcanes actúan en grupos, pero estos grupos no son lo bastante regulares como para servir de base a partir de la cual predecir futuras erupciones.

A lo lejos, el borde de la caldera del supervolcán de Yellowstone. (Foto National Park Service)
La erupción del Tambora en Indonesia en 1815 fue 10 veces más potente que la de Krakatoa, y un centenar de veces más potente que las grandes erupciones recientes de volcanes como el Vesubio o el Monte Santa Helena. Provocó la muerte de más de 100.000 personas sólo en Indonesia, y lanzó a la atmósfera una columna de ceniza de alrededor de 70 kilómetros de altura. El impacto en el clima global fue tan notable que a 1816 se le llamó el «año sin verano».

Y todo esto siendo el Tambora un volcán pequeño en comparación con los supervolcanes más conocidos. Uno de estos podría crear el equivalente a un invierno nuclear global. Se desencadenaría una feroz devastación en un radio de cientos de kilómetros alrededor del sitio de la erupción. Y en buena parte del mundo se perderían cosechas debido a la caída de ceniza y, aún más importante, por el descenso rápido de la temperatura.

Un «lago» de lava. Foto: J.P. Eaton / USGS.
Existen en bastantes partes del mundo lugares que acogieron la actividad de supervolcanes y que podrían volver a ser escenarios de esa violencia colosal. Uno de los sitios más famosos de esta clase es el Parque Nacional de Yellowstone en Wyoming, Estados Unidos.

Toda información que se obtenga sobre la actividad geotérmica de Yellowstone es importante, ya que este supervolcán, por ahora adormecido, experimentó tres erupciones colosales, hace 2 millones de años, 1,3 millones, y 640.000 años. Estas explosiones fueron 2.500, 280 y 1.000 veces mayores, respectivamente, que la erupción del Monte Santa Helena en 1980. Estas erupciones cubrieron hasta casi la mitad de Norteamérica con una capa de cenizas de muchos centímetros de grosor.

Los vulcanólogos no tienen modo alguno de predecir con total seguridad si un supervolcán entrará o no en erupción dentro de un siglo, una década o un año, pero las zonas del mundo más propensas a ese fenómeno devastador son vigiladas cuidadosamente por los expertos, y, tal como subraya Adam Voiland del Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA, hasta ahora no hay ni el menor indicio de que se esté preparando una supererupción.