La tradición de Nochevieja más seguida en España es comer doce uvas acompañando las doce campanadas que anuncian la llegada del nuevo año. El origen de esta práctica se remonta 103 primaveras atrás, cuando en 1909 hubo un excedente de cosecha y en las casas se aprovecharon las uvas para tomarlas la última noche del año. Algunas referencias apuntan a que, incluso en el siglo XIX, los burgueses ya habían instalado la costumbre de tomar este producto para dar la bienvenida a 365 nuevos días.
El número de uvas coincide con dos puntos clave. En primer lugar, doce son los meses del año. Además, las doce es una hora que coincide con el final del año y el principio del siguiente, por lo que ese número está cargado de un fuerte simbolismo al que los más supersticiosos le auguran todo lo bueno. El problema llega cuando las campanadas van más rápido de lo que nuestras mandíbulas pueden aguantar… ¡Cuidado, no te atragantes!
Fuente: Aurora Vasco /ABC