En muchas ocasiones nos hemos fascinado ante enigmas que nos parecen increíbles y que nos hacen sopesar lo que de paranormal pudieran tener los mismos pero… ¿Qué dice la Ciencia al respecto? Vamos a explicar algunos de ellos.
En muchas ocasiones nos hemos fascinado ante enigmas que nos parecen increíbles y que nos hacen sopesar lo que de paranormal pudieran tener los mismos pero… ¿Qué dice la Ciencia al respecto? Vamos a explicar algunos de ellos.
La Ciencia explica mito sobrenatural de las 3:33 horas
Son muchos los mitos que existen en nuestra sociedad moderna así como leyendas urbanas de diferente tipo, quizás las que más hondo han calado son aquellas que nos crean la inquietud y el miedo, tal vez por el afán del ser humano de vivir nuevas experiencias o jugar con lo desconocido.
Uno de esos temas es el de despertar a las 3:33 de la mañana, es cómo si un «despertador» interno obligara a la persona a abrir los ojos a esa hora justa que ha pasado a llamarse como «La hora del Diablo» o «La hora del tiempo muerto». Así denominada por que las personas que lo sufren dicen sentir un peso encima, como si tuvieran un muerto echado sobre ellos.
Y desde sectores más esotéricos se lanzan todo tipo de explicaciones como aquella que cuenta que a esa hora los espíritus pasan al lado terrenal, dando origen a todo tipo de manifestaciones paranormales. Esto que podría ser entendido como superchería cobra verosimilitud -hasta cierto punto- al haber muchas personas que, a través de las redes sociales, afirman haber vivido experiencias similares y sobrenaturales.
Un dato que viene a crear más inquietud es el que nos dice que entre las 3 y las 5 de la mañana es cuando hay un mayor número de muertes al estar el cuerpo en estado de mayor relajación.
La Ciencia ha estudiado el fenómeno de las «3:33» y lo atribuye sólo a la propia mente y sugestión del sujeto, al sistema o conjunto de creencias y a la tendencia que tiene el ser humano de creer en lo sobrenatural cuando no es debido a desórdenes mentales.
Reconocer a un vampiro a la luz de la Ciencia
A menudo nos preguntamos que distingue a un ser humano de una criatura de la noche, una criatura inmortal de apariencia humana, de un vampiro…
En principio la medicina ha sido la primera en encargarse de este asunto asignándole rasgos a los vampiros que se encuentran dentro de su disciplina como por ejemplo que padezcan anemia, lo cual haría que tuvieran un aspecto pálido, problemas digestivos, cansancio habitual y dificultades para tomar ciertos alimentos. Cuando alguien, en un pasado, sufría tales síntomas se pensaba que podía haber sido atacado por un vampiro…
Otra semejanza que encontramos dentro de la Ciencia para los síntomas del vampiro es la catalepsia. Aparentemente puede parecer muerto, pero estar sumido en un estado de catalepsia profunda hace que las funciones vitales bajen al mínimo exigible para mantener la vida, ello hace que los médicos encuentren difícil saber si el paciente está vivo y en muchos casos, en pasadas épocas, certificaran la muerte encontrándose luego que el paciente realmente vivía y siendo perseguido por vampiro, o muerto viviente.
Igualmente la Ciencia nos dice que la porfiria es igualmente aplicable a las personas que se asemejan a los vampiros. La porfiria es una enfermedad metabólica que bloque la síntesis del “hemo”, el “hemo” es el componente de la hemoglobina presente en la sangre, eso hace que la enfermedad tenga efectos devastadores en el cuerpo del que la sufre si está avanzada, por ejemplo la intolerancia a la luz del sol llegando incluso a sufrir laceraciones o caída de la misma, intolerancia a la luz, cicatrices en el cuero cabelludo, labios deformados o dedos desgastados… Todo lo que podría hacernos ver la imagen de un vampiro.
Enfermedades, solo algunas, que se pueden confundir con las características de un vampiro pero que nuestra Ciencia de hoy nos dice que son enfermedades. En otro tiempo, sin nuestros modernos conocimientos, estos pacientes hubieran sido perseguidos por vampiros y, en algunos casos, muertos de la forma más cruel: con una estaca en el corazón.
Son algunos enigmas eternos que, como leemos, tienen una explicación más del más acá que del más allá.
La esencia misma del Misterio 