Jose Manuel García Bautista
La Historia puede parecer caprichosa y, a veces, hasta cruel. Les quiero contar algo que se repite, con una frecuencia casi matemática, a principios de cada siglos, en cada segunda década, aproximadamente (dos años arriba o abajo de margen), yo lo llamo “La maldición de los años 20”.
Y es que cada década de los años 20 de diferentes siglos se produce una gran pandemia o epidemica (depende de si es global o local). Así, si repasamos la Historia, notaremos algo significativo: una carencia mortal de enfermedades de la cual no se ha librado 2020.
En la Antigüedad se registraron pandemias como la “Plaga de Justiniano” o la “Peste Antonina”, pero recorramos siglos “más recientes” para comprobar esta terrible carencia.
En 1320 se produce el grave brote de la peste negra en Europa o peste bubónica por los bubones negros que surgían en el cuerpo de los afectado y que se correspondía con los ganglios linfáticos necrosados.
Surgió en Mongolia y se expandió con rapidez inusitada por Asia, África y Europa merced a la transmisión que de la enfermedad hizo el flujo de barco que llevaban ratas con pulgas transmisoras de la misma.
El número de muertos se cifra en 100 millones y nos dejó imágenes como la de las máscara que utilizaban los doctores de la muerte para “no respirar el mismo aire contaminado del enfermo”.
La peste (endémica aún en una zona de las Rocosas (Estados Unidos) tenía los siguientes síntomas: dolores de cabeza, escalofríos, fiebre, inflamación ganglios linfáticos, lenguas color blanquecino, manchas negras y moradas en los afectados, causando finalmente la muerte luego de una semana.
En 1520 se produce la terrible plaga de Viruela en México y que diezmó tremendamente a la población. Fue un factor determinante para el triunfo español en la Conquista. Se calcula que murieron más de 3 millones de personas que llegó a América a través de los europeos. A la Historia quedará el número de muertos de Tenochtitlán.
En 1620, un 16 de marzo, se produce el “mal de Plymouth”, unas fiebres de origen desconocido que acabó con lo inmigrantes a tierras estadounidenses a bordo del “MayFlower”, igualmente contagiaron a lo pobladores de la zona. Se estima que el número de muertos no llegó a más de 500 personas pero por lo contagioso del mismo podría haber causado estragos en Europa o cualquier núcleo poblado.
La Gran peste de Marsella de 1720 o también llamada “Gran San Antonio” debido al barco que arribó al puerto de Marsella el 25 de mayo de 1720. En sus bodegas transportada sedas y fardos de algodón así como ratas con pulgas portadoras del Yersina Pestis.
De una población de 90.000 habitantes murieron entre 30.000 y 40.000 personas, destacó la mala gestión de los responsables de la ciudad portuaria francesa. En el resto de Francia mató a 60.000 personas más.
En 1820 se produce el mortal brote de Cólera en Asia, una enfermedad que surge en Java y Borneo; entró en China en 1821 y pasó a Ceylán, Persia, Arabia, Siria y Cochinchina, de allí a Irán y al Imperio ruso donde afectó especialmente al ejército.
Fueron 100.000 muertos siendo el origen del brote el agua contaminada de los lagos que tenían la bacteria del cólera.
La mal llamada “Gripe Española” se cobro en torno a 100 millones de víctimas en todo el mundo. No tuvo su origen en España, el nombre llega a raíz de ser los medios de comunicación españoles los que cubrieron esta noticia en plena IIª. Guerra Mundial, en 1918.
Fue una mutación letal el que sufrió el coronavirus de la gripe H1N1 haciéndolo sumamente contagioso y letal.
Infectó a 500 millones de personas y se la conoce como una de las peores pandemias de la Historia. Hoy día se ha recuperado muestras de cádaveres congelados para estudiar mejor la mortalidad y virulencia del mismo.
La “Peste Neumónica” también tuvo un desarrolló importante en China en 1920 teniendo especial incidencia en Manchuria.
En 2020 el coronavirus responsable del Covid-19 se ha cobrado, de momento, cientos de miles de afectados y víctimas. Su origen ha sido en la localidad china de Wuhan y el responsable del mismo es el referido coronavirus transmitido a los seres humanos por un animal, zoonosis.
No deja de llamar la atención esta carencia (aproximada) que tiene cada siglo, en sus años 20, y con una cita ineludible con la muerte.
Hay científicos que avalan estos datos que no dejan de ser Historia aunque la Ciencia también encuentre voces disidentes con respecto a ello, como aquella que indica que no dejan de ser brotes epidémicos sin patrón temporal (que nadie indica lo contrario y si la singularidad de esas fechas y sus pandemias).
La doctora Susan Mercado, de Filipinas, decía: “No hay un patrón ahí. Pero si la pregunta es si algunos virus tienen un carácter estacional, la respuesta es: sí lo tienen”.
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) “las epidemias de algunas enfermedades son cíclicas”, la pandemia del COVID-19 “es impredecible ya que la enfermedad es nueva”.