Si costeamos por Perú llegaremos a un lugar donde nos parecerá imposible lo que contemplan nuestros ojos, en plena bahía de Paracas, sobre la arena admiramos un extraordinario (por su obra y sus dimensiones) “candelabro” de tres brazos, visible desde muy lejos cual faro orienta la navegación de los marineros.
Es imposible no pensar, llegados a este lugar, en los muchos misterios de la tierra peruana, en los misterios de las Piedras de Ica del fallecido profesor Javier cabrera Darquea, o de la enigmáticas Pistas de Nazca que tanto estudio la venerable María Reiche… allá en las áridas Pampas de Jumana.
Su origen es un misterio, su creación otro misterio y su finalidad ha dado origen a muchas controversias, la última de la mano de José San Martín en 1825 cuando lo interpretó como un símbolo y señal para la masonería…
Técnicamente el “Candelabro de Paracas” es lo que podríamos denominar como un geoglifo practicado sobre la arena.
Fue el suizo Erich Von Daniken en sus obras “Recuerdos del Futuro” y “Regreso a las Estrellas” quién deja volar la imaginación y habla de la obra de seres venidos de más allá de nuestro planeta para dejar esa señal junto con las representaciones de las Líneas de Nazca… Sirviendo de una especie de “Faro orientador”, de medio visual al “visitante” venido de tan lejos…
Erich von Däniken en su libro “Regreso a las Estrellas” dice:
“Algunos arqueólogos opinan que el -candelabro- de la pared rocosa de la bahía de Pisco sería una señal costera para ayuda a la navegación de cabotaje.
A esta tesis se opone el hecho de que el -candelabro- se encuentra en una bahía y de que, por tanto, no puede ser visto desde cualquier parte por las naves que pasen cerca de la costa.
Tampoco concuerda con esta hipótesis la consideración de que una señal de estas medidas habría sido desmesuradamente grande para la navegación marítima, aparte que es muy dudosa la existencia de este tipo de navegación en épocas muy primitivas.
Pero, sobre todo, tenemos el hecho de que los constructores de este -candelabro-, lo dispusieron mirando hacia el cielo. Por otra parte, aún se ha de aclarar por qué no se utilizaron como puntos de señalización para la navegación marítima las dos islas que se encuentran en el mar abierto, siguiendo la prolongación del brazo central del -candelabro-, si es que en realidad se pretendía que éste sirviera como señal.
En estas islas había puntos de orientación naturales que podían verse desde cualquier lado. Así, pues, ¿por qué se iba a construir una marca que no podía ser vista en absoluto por las embarcaciones que llegaran tanto del Norte como del Sur? ¿Y por qué crear una señal de navegación que mira hacia el cielo?
Además, aparte un desierto de arena, no hay allí nada, absolutamente nada, que pueda atraer a un marino, y, por otra parte, la escasa profundidad de las aguas debió impedir también, ya en épocas primitivas, que las naves se acercaran a la costa”.
Parece que el sentido más admitido es el que nos dice que pudiera ser una señal para los navegantes peruanos, el “candelabro” no puede ser visto desde tierra pero si desde el mar, así que su finalidad tiene que ver, irremediablemente, con la navegación.
Sobre sus creadores poco se sabe salvo que pudieran haber sido astrónomos de la cultura nazquense con una finalidad de asociación con la Constelación de la Cruz del Sur, conocida como la “Cruz de los navegante” ya que indica a los marinos del hemisferio Sur la ubicación del Polo Austral siendo una buena orientación en sus viajes.
Es curioso por que de los brazos laterales sale “apéndice” paralelo al eje principal, éste equivaldría al eje de la cruz del Sur.
El estudioso Guillermo Illescas afirma sobre ello:
“Volviendo los ojos al cielo podríamos comprobar que un poco más a la izquierda (al oriente) de la estrella Beta Cruz y un poco más arriba de ella (al norte) se encuentra la estrella Pi Centauro, la misma que al unirse con la estrella correspondiente de dicha constelación mediante una proyección generada entre las estrellas que se indican, serviría para determinar el poste lateral de ese lado resultando de ese modo, paralelo al eje principal”.
El “Candelabro de Paracas” tiene ciertas similitudes con las Líneas de Nazca, el candelabro está dibujado en una superficie de arena endurecida de color blanquecino y baja por un acantilado con cierto ángulo practicable. El lugar donde se encuentra nunca fue un desembarcadero ya que no hay playa y es peligroso para la navegación acercase a la costa.
En cuanto a sus dimensiones habría que decir que el cuerpo o poste principal mide aproximadamente 200 metros de altura, y tiene 60 metros de ancho. Los postes laterales tienen una longitud de 60 metros desde su origen hasta la cumbre y los surcos que los hacen visible tiene una profundidad que varía del metro veinte a los tres metros veinte en el fondo.