Por Jose Manuel García Bautista
No son pocos los expertos que se han preguntado de donde podría venir todo el mito de la Atlántida y su leyenda.
Se ha tratado de relacionar la Atlántida y Mu pero el hecho que sea ubicado este último en dos puntos diferentes (océano Atlántico y océano Pacífico) hace que haya serias divergencia sobre ello pero también atendiendo a que parecen que son ciertamente distintas en cuanto a la influencia hipotética sobre otras culturas que recibieron su Saber.
La primera opción que surge en torno al mito de la Atlántida lo encontramos en el año 1.450 a.C. con la explosión del volcán de Santorini, una isla del Mediterráneo, el Thera hizo erupción y provocó tal devastación que motivó que la isla se hundiera parcialmente y con ello un tremendo tsunami que asoló a la isla griega de Creta y destruyó su cultura.
Pese a que es una opción muy contemplada dentro de los que persiguen el mito atlante habría que decir que se antoja difícil que en un punto tan alejado como Sudamérica supieran de un hecho catastrófico de estas dimensiones, pues parece más localizado a la zona mediterránea y sus habitantes habrían buscado refugios en tierras cercanas de Europa o África.
Otra opción es la que única a la Atlántida en lo que hoy es el altiplano existente en fondo del océano Atlántico junto a las islas Azores en Portugal. Geográficamente tendría coherencia con el relato de Platón pues se encuentra en lo que se podría denominar como una “cadena montañosa” submarina.
Además en sus profundidades se han hallado restos de origen humano y ello hace que se especule con una posible cuna del mito en tal lugar. Igualmente, dentro de la geología de la zona, encontramos que está formada por basalto y los continentes suelen estar compuestos por granito, de mayor dureza. Eso podría explicar que la isla-continente se destruyera.
Otra hipótesis sobre la ubicación de la Atlántida la encontramos en la Antártida, el continente helado, el peso de los hielos y la fuerza centrífuga de la Tierra podría haber provocado el deslizamiento de la corteza terrestre aunque fue el propio Albert Einstein el que la consideró improbable por qué el últimos deslizamiento se produjo entre el 15.000 y el 10.000 a.C.
Curiosamente una fecha muy señalada en diferentes culturas. Además en ese tiempo el continente americano estaba parcialmente cubierto por los hielos por lo que se da credibilidad a esta opción, habría sido una cultura del hielo.
Claro que encontrar el vestigio de esta cultura, como tal, es más complicado pues se encontraría enterrado en un ataúd de hielo de casi 17.000 años de antigüedad.
Avalando todo ello estarían las supuestas formaciones circulares en la Antártida occidental y la riqueza en concentración de hierro que ha hecho que se avive la posibilidad de rescatar el relato de Platón donde se habla de las murallas de metal y se relacione con ello.
Y de Mu también hay curiosas investigaciones en las que se le ubica entre Sumatra, Sri Lanka y Madagascar. Según P.L Sclater, en 1850, habría una gran afinidad entre las especies de estos lugares pese a estar separadas miles de kilómetros y mediar el océano Índico entre ellas.
Para explicar su hipótesis argumentó que en algún momento de la historia geológica de la zona allí debió existir tierra y que poco a poco se fue separando o cubriéndose por las aguas hasta quedar aisladas, así allí debía haber estado ubicada la isla de Lemuria –derivándose de ella la palabra lémures, que son animales de la zona-.
Por su parte Wallace, un naturalista, ubicó a Lemuria entre Australia, Nueva Guinea y las islas de Fidji y Salomón. Era una idea común entre una parte de los científicos el colocar allí una especie de continente sumergido.
Los mormones también entran en juego a través del “Libro de los Mormones”, fue escrito en el año 1830 y describe el encuentro del campesino Joseph Smith y un ángel llamado Moroni –año 1815-.
El ángel le habría mostrado una serie de tablillas en un idioma que él no entendía pero que logró descifrar gracias a las indicaciones de Moroni. En esas tablillas se hablaba de un gran cataclismo que asoló a la Tierra en un lejano pasado y provocó que muchas ciudades y civilizaciones desaparecieran.
El “País de la Abundancia”
Los supervivientes de aquel “apocalipsis” encontraron refugio en el denominado como “País de la Abundancia” donde construyeron nuevas ciudades y florecerían importantes centros culturales como lo serían Palenque o Machu Picchu, entroncando todo ello con la tradición de los Aztlán y su derivación en aztecas: los originarios de Atlán o Atlántida.
Aunque todo puede que sea una fabulación máxime cuando se trata de un libro revelado, es decir: aquel que se hace por inspiración “divina” pero que no deja de tener una autoría humana conocida.
Hoy día todo lo referente a Mu o la Atlántida se encuentra enmarcado dentro del mito, allá donde hay pocas certezas y mucha divagación, producto de ello estaría su hermosa capital, Cerne, la ciudad “de las Puertas de Oro” que para llegar a su centro había que cruzar siete anillos concéntricos formando canales
Quizás Platón en sus diálogos o el denominado como Códice Boturini, donde se cuenta la epopeya del viaje de los aztecas desde Aztlán hasta las costas del Yucatán, desde la Atlántida perdida hasta las costas de México en el Caribe, cuna de grandes culturas, un documento que hoy está conservado en un museo como el Nacional de Antropología de México D.F.