Por Jose Manuel García Bautista
Dentro del mundo de lo quimérico, de lo fabuloso, uno de los temas más recurrentes es, sin dudas, el de los animales extraordinarios, algunos sacados de la mitología aportan una nota colorista, casi con tintes de moraleja, a viejas historias de héroes o acciones heroicas.
El mundo de la mitología guarda, con celo, muchos de esos seres que son más propios de la ficción que de la realidad, pese a que muchos quieran ver en ellos un atisbo de su existencia real en el mundo animal.
Uno de los animales míticos más conocidos es el de un caballo muy particular, se llama Pegaso y es más conocido porque en la mitología se le representa con grandes alas, es un caballo alado que tiene la propiedad de volar más allá de los confines de la imaginación del ser humano.
Se dice que Pegaso nación de la sangre de la Medusa Gorgona siendo domesticado por Belerofonte, entabló amistad con el mismo Hércules y es un tema recurrente en relatos de la antigüedad, sobre todo en poemas de tipo épico e, incluso, amoroso.
Pegaso es, por tanto, uno de esos animales que van más allá de la imaginación para hacerse un hueco en la literatura clásica. No se han encontrado analogías ni símil con ningún animal de la Naturaleza.
Otro animal o bestia mítica es Hidra, su medio no es el terrestre sino que prefiere el agua, el mar, es un monstruo acuático con muchas cabezas, policéfalo, con el que adorna sus relatos la mitología griega. Se cuenta en los relatos mitológicos que fue Herakles.
El Hércules romano, quien mató a la Hidra en una lucha sin cuartel, la Hidra de Lerna, localizada en el Peloponeso. Hércules logró derrotar a la Hidra al quemarle todas sus cabezas e impidiendo que éstas crecieran de nuevo con el consiguiente peligro que ello suponía.
Otro animal mítico es el centaura, muy recurrente también en películas donde se representa a un ser mitad hombre, el pectoral, brazos y cabeza, y caballo, los cuartos traseros y delanteros.
Es una imagen perturbadora pues casi casi es un engendro de la Naturaleza. Se dice del centauro que era una criatura esquiva, recelosa, desconfiada, difícil de ver, que tenía su hábitat en las regiones más escarpadas y montañosas de Tesalia y Arcadia.
Un animal digno de un cuento de hadas o de la peor de las pesadillas imaginadas.
Otro animal muy querido entre aquellos que aman el mundo de los sueños y los cuentos es la sirena, también su visión es turbadora: mitad inferior pez y mitad superior como bella joven.
También tiene una versión masculina que son los llamados tritones, en cualquier caso todos hijos de Neptuno, el dios del mar y los océanos.
Las sirenas, según la mitología griega, son personajes de ultratumba que, inicialmente, tenían cuerpo de ave.
Es en la Odisea donde son retratadas como seres monstruosos que habitan en el mar, cerca de zonas con arrecifes, con peligrosas piedras para la navegación donde se encuentran sentadas y seducen con sus armoniosos cantos a los marineros y sus barcos que dirigen la proa hacia esta zona llevándoles al naufragio y, por tanto, la muerte.
Las sirenas son importantes en un episodio de la vida del héroe Ulises, cuando tapó los oídos de su tripulación con cera y mandó que a él se le atara al mástil del barco para escuchar lo que decían. La audición de su canto y su mensaje fue terrible.
Otro personaje que creyó ver a éste mítico ser fue Cristóbal Colón, fue en la zona de las Antillas donde se divisó “algo” que se identificó con una sirena.
En el Museo Británico de Londres se exhibió, en el siglo XVIII, un ejemplar de lo que se decía que era una sirena y que habría sido capturada en aguas de Japón, aquello se trataba de un fraude como hoy día se editan tantos vídeos con fraudes y montajes de seres de estas características.
Documentales como el de Discovery Channel, ‘Sirenas’, hacía una aproximación a éste tema donde se trataba de dar veracidad a imágenes imposibles, y es que el mundo de los animales imposibles es tan evocador como, muchas veces, irreal.
Otro animal de la mitología es el cancerbero, con can-cerbero, que sería un terrible perro de tres cabezas y rabo de serpiente que estaría guardando las puertas mismas del infierno, un ser sacado del mundo de las tinieblas, vinculado a la muerte.
El término ‘can’ es sinónimo de perro y ‘cerbero’ significa ‘portero’, por tanto es una especie de guardián del reino del Hades, del reino de los muertos en el que se entra pero no se sale.
Otro animal mitológico, en las leyendas y mitología nórdica, es el Leviatán, es identificado con el mismo demonio pero realmente se le describe como un ser con muchos brazos, una animal que te apresaba con sus brazos y, una vez en su poder, te arrastraba a las profundidades marinas donde eras devorado.
Se ha identificado al Leviatán con un enorme pulpo, un pulpo gigante, que pudo inspirar relatos como los de Julio Verne en su inmortal obra ’20.000 leguas de viaje submarino’ cuando una bestia marina atacó al mítico submarino ‘Nautilus’ del capitán Nemo.
Hoy día es posible que exista un pulpo gigante pero que habite en las profundidades y su existencia nos sea absolutamente desconocida allá donde nuestros conocimientos del mar llegan en la actualidad.
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