Imaginería milagrosa, santos que lloran

Por Jose Manuel García Bautista

En no pocas ocasiones nos ha sorprendido fotografías o vídeos de estatuas o íconos que parecen llorar, figuras de cuyos ojos parece brotar lágrimas, que bien podría tratarse de agua producto de la humedad sino fuera porque en diferentes ocasiones se han descrito, tras un análisis, que esas lágrimas son de sangre, aceite, miel, mirra, líquido salina como también otras sustancias sin explicación aparente.

La Ciencia investiga este tipo de fenómenos pero no sabe ponerle una explicación razonable mientras otros lo tildan de milagro o lo atribuyen a un fenómeno paranormal que ha ido en aumento desde el año 1980, interpretándolo como mensajes y señales del cielo, divinas.

En todo el mundo son cientos los casos similares que se han detallado e informado, cada uno atendiendo a unas características propias.

Sólo en Italia se informaron de más de 200 casos en las que imágenes sagradas parecían llorar y exudar una sustancia que, a simple vista, parecían lágrimas.

Igualmente hay otros casos en los que se exuda sangre o un líquido que así lo parece (cuando no se ha podido analizar, estos casos son aún más impresionantes por el impacto que causa ver a una imagen con el destacado color carmín en su rostro.

En unas ocasiones brota de sus ojos, en otras de sus extremidades, otras en forma de sudor, lo curiosos es que no deja de manar, da igual como sea la figura: porosa, policromada, de mármol, de alabastros, de madrea, parece que el fenómeno se repite y que no atiende a explicaciones científicas racionales, incluso se llega a dar en figuras de metal con el alto grado de imposibilidad que ello representa.

En algunas imágenes el líquido exudado es abundante, copioso, en otras la cantidad es mínima. Con ello se quiere decir que es un fenómeno que se da en todo tipo de superficies, en todo tipo de imágenes y que el líquido que emanan tiene muy difícil explicación.

Además el “llanto” puede ser interrumpido para volverse a iniciar, de forma espontánea, en cualquier otro momento. En una amplia mayoría de los casos las imágenes están expuestas a los fieles que pueden rezar ante ellas y ser testigos del prodigio.

En ocasiones han sido miles de personas los que han tenido la oportunidad de contemplar el fenómeno, igualmente se les atribuye poderes curativos y sanadores al líquido que brota de las mismas aunque éste extremo no ha sido confirmado en ninguno de los casos estudiados y si lo extraño se la sustancia a no corresponderse con humedad (como es sudar sangre o miel).

Siempre, en la Historia del ser humano, se ha hablado de figuras que lloran, de ello se habla en leyendas y cuentos, una de ellas la narra Ovidio, entre el 43 y el 17 d.C. en la “Metamorfosis”, en el rato de éste autor se narra como Níobe, esposa del monarca de Tebas, despertó con sus calumnias la ira de los dioses y éstos como castigo mataron a sus 14 hijos y a su mujer la convirtieron en estatua de piedra que, ocasionalmente, se la podría ver como brotaban lágrimas de su pétreo rostros, un castigo puy de los antiguos relatos como sucedía en la Biblia con la mujer de Lot en al castigo a Sodoma.

Del relato antiguo de Ovidio no se sabe si recurrió a alguna fuente remota para escribir su famoso poema o si toma los mismos de los mitos griegos o romanos, ello nos diría que ese mismo fenómeno ya habría sido observado en la Antigüedad.

Con todos los datos en la mano se sabe que es un misterio, hasta cierto punto, sin respuestas, su popularidad en las últimas décadas ha crecido a un ritmo desenfrenado y exponencialmente, tanto que son ya miles en todo el mundo. Estas figuras han llegado a ser consideradas como “reliquias sangrantes”, otros las han tildado de engaños pues se demostró que había un fraude tras algunos casos descritos bien con artilugios o bien mediantes tubos y aplicando ciertos productos químicos.

Pero el fraude no debe poner sombras a otros muchos casos a los que se carece de explicación, tampoco se tiene la permisividad de los estamentos eclesiásticos pues niegan la posibilidad de hacer estudios y análisis.

Una de las imágenes clásicas, y más impactante, de entre las que lloran sangre es, sin dudas, la Virgen de Civitavecchia, una controvertida estatua que llora nuestro fluido vital y que es objeto de culto y veneración en aquellos que hace una lectura de ello milagros y como una manifestación de la Virgen María, un fenómeno que llena de emociones a todo aquel que es testigo de ello y que dicen, puede llegar a cambiar la vida incluso del más escépticos de éste fenómeno.

Hasta el momento no existen ni pruebas definitivas ni pruebas concluyentes, las pocas que hay no pueden arrancar una respuesta afirmativa como divina o paranormal de un hecho en el que la Ciencia no ha podido dictaminar nada. Por ello que se mantenga mucho la cautela mientras las pruebas de fraudes contra otros acumula un balance negativo que afecta a éstas imágenes o íconos que lloran.

Fenómenos inexplicables en torno a figuras cuya proliferación ésta en alza en un mundo en el que los valores se están perdiendo y que esto no hace más que recordar que el ser humano también necesita de la fe y tener fe, aunque para ello haga falta llorar sangre.

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