El terremoto de Japón de 2011, que afectó a la zona de Fukushima, provocó 15.984 víctimas y 2.572 personas desaparecidos. Fue una de las mayores tragedias en el país del “Sol Naciente”.
Uno de los puntos de mayor preocupación fue la central nuclear de dicha localidad que se vio seriamente afectada y que, debido a ello, se debió de evacuar a la población de la zona por el peligro real de fuga radiactiva en el lugar.
Desde entonces muchos son los argumentos de aquellas personas que han tenido experiencias paranormales en la zona de la tragedia.
Tanto es así que tras más de 200 entrevistas aleatorias, realizadas por Yuka Kudo, socióloga de la Unviersidad de Tohuko Gakuin, en la ciudad nipona de Ishinomashi, devastada por el tsunami, quince aseguraron haber mantenido contacto con fantasmas, con espíritus, o haber tenido experiencias paranormales.
Un conductor narró a la socióloga como una noche encontró a una niña sol, le preguntó dónde estaban sus padres y la niña respondió que estaba sola.
El taxista quiso llevarla a casa mostrándole esta la dirección, al llegar al lugar el conductor le ayudó a bajar del coche y sucedió lo imposible:
“Él asegura que había cogido la mano y había hablado con la pequeña”, explica Gakuin, pero al bajarla del coche ella la niña le dio las gracias, le sonrió, y desapareció, como un fantasma, delante del taxista.
Otros taxistas han tenido experiencias similares de llevar a una mujer y un joven de veinte años, en “carreras” diferentes y al llegar a los destinos ya no había nadie en el coche, había desaparecido.
Igualmente en los meses que siguieron al terremoto-tsunami se pudieron ver luces desconocidas que fueron grabadas por las cámaras de los asombrados testigos.
La esencia misma del Misterio 