Principios básicos del espiritismo (1)

Por Jose Manuel García Bautista

¿Es posible hablar con los seres fallecidos, con los muertos?

Es una pregunta que el ser humano, desde la más remota antigüedad ha tratado de responder y ha realizado muchos intentos por tratar de establecer el contacto con el llamado “otro lado”.

Quizás el intento más seguido socialmente fue el que realizó el espiritismo moderno hacia mediados del siglo XIX con la irrupción, y puesta en escena, de las hermanas Fox en los Estados Unidos.

A partir de ese momento sería un fenómeno sin freno en el que muchos intentaron comunicarse con los seres fallecidos.

Tuvo un gran auge en Europa, sobre todo en la Primera Guerra Mundial donde muchas familias intentaban comunicarse con ese familiar caído en el campo de batalla, igualmente en el periodo de entre guerras pero decayó abruptamente con la Segunda Guerra Mundial.

Tras esta aparecieron las técnicas de transcomunicación instrumental, las psicofonías y psicoimágenes con personajes de la talla de Jurgenson o Raudive a la cabeza y el espiritismo de antaño no fue más que un recuerdo practicado por nostálgicos.

Quizás el personaje que más trascendencia tuvo en la doctrina espiritista fue el francés Allan Kardec, creador de la corriente francesa más seguida -en lo que al espiritismo se refiere-, y de cuyas obras se extrajeron los principales puntos de otras ramas espiritistas.

Dentro de las reuniones espiritistas destacaba que no había una jerarquía definida, la “voz cantante” la llevaba el espiritista que mandaba en las sesiones pero se realizaba todo dentro de una igualdad.

Igualmente no había imágenes a las que adorar, el espíritu no tenía rostro y no se caía en la idolatría tan común en otras religiones.

Aquellos espiritistas tampoco debían pasar por una prueba o bautismo, no había un ritual de iniciación y si un respeto hacia ese contacto con el más allá.

Además las sesiones espiritistas eran libres, no tenían una cuota o suponían un desembolso.

Debido a la proliferación de grupos espiritistas se crearon un número de asociaciones que seguían un modelo dentro de un estatus legal.

Las reuniones espiritistas además se ajustaban a su propia ciencia dentro de la mediúmnidad, así el fenómeno del médium o espiritista no puede ser confundido con estados inusuales, alterados de conciencia, pues son dos conceptos diferentes.

El médium puede contactar con los espíritus, actuar sobre el fenómeno comprendiendo el fenómeno espiritista y experimentando con él.

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