Fantasmas: realidad de otro mundo

Por Jose Manuel García Bautista

Uno de los fenómenos que más llama la atención es el de las manifestaciones espectrales, la de los fantasmas y aparecidos, aquellas personas que aun habiendo fallecido parece que siguen viviendo bajo otra forma de existencia en nuestro mundo.

Evidentemente es un fenómeno que llena de temor y de intriga a aquellos que quienes de manifiesta, se presenta, o aquellos quienes lo estudian sin saber, a ciencia cierta, que es lo que origina esta fenomenología.

Para unos se trata del espíritu del ser fallecido, de la esencia energética, aquello que unos llaman alma y otros energía, tal vez atendiendo al principio básico que postulara Albert Einstein de “la energía ni se crea ni se destruya, se transforma”.

Así la energía que ha albergado el cuerpo humano sería la que seguiría fluyendo de otra forma, seguiría viviendo en forma espectral.

El fantasmas no es visible, no suele manifestarse a todas las personas por igual, hay una serie de indicios que anteceden la aparición de un fantasma: descenso de temperatura, aromas, sonidos que identificamos con psicofonías, movimiento de objetos o, finalmente, la visión etérea de un espectro, de una silueta, de una forma.

Los fantasmas también están sujetos a la creencia de los individuos en función de sus religiones o ética no faltando crédulos que opinan, indiscutiblemente, que se trata del alma de los fallecidos en un afán de buscar la comunicación con el ser humano o aquellos incrédulos, escépticos, que lo atribuyen a fraudes, sugestión o simples leyendas urbanas que alimentan la imaginación y miedo popular.

Lo cierto es que la Ciencia no ha podido establecer unas investigaciones concretas al respecto, tal vez por ser fenómenos que no son reproducibles a voluntad y por tanto difíciles de contrastar pero no por ello no quiere decir que no existan, sólo hay que ser pacientes y establecer sesiones de investigación durante semanas, meses o, tal vez, años.

Por ello la Ciencia niega este fenómeno si bien, en los últimos años, ha abierto cauces a posibilidades de explicación desde la Física Cuántica o el acceso a otros planos dimensionales que no estaría relacionado con los seres fallecidos -o tal vez si- y si con conceptos de realidades paralelas.

La verdad es que dentro de la Ciencia el fenómeno de los fantasmas ha tenido serios y agrios debates encontrando un mejor acomodo en la parapsicología que trata de explicar o dar respuestas a algunos de estos fenómenos de fantasmogénesis. Para Frederic W. H. Myers, de la SPR -Society for Psychical Research-, los fantasmas eran fragmentos energéticos que sobreviven a la muerte.

Otros como Charles Richet, Gustave Geley o Notzing trataron de estudiar el fenómeno desde su parte más científica usando la tecnología que tenían a su alcance constatando que se daban circunstancias que era inexplicables.

Es evidente que todo el fenómeno de la fantasmogénesis se relaciona con casas presuntamente encantadas, médiums que dicen estar en contacto o manifestar a los fallecidos -lo más evidente es la materialización de ectoplasma- o la capacidad de captar con modernos aparatos las llamadas “voces de los muertos”, las psicofonías, que irían relacionadas y cuya naturaleza es igualmente desconocida sin por ello afirmar que es de origen paranormal.

Pero cuando hablamos de fantasmas también hemos de hacerlo de las diferentes tipologías o clases descritas para su identificación, para ello se acude a las investigaciones de G. Tyrrel quien en el año 1943 escribía sobre los fantasmas atendiendo a criterios de aparición:

1º.- Apariciones en lugares concretos: se suelen relacionar con una persona que tendría un vínculo con el mismo.

2º.- Manifestaciones post-mortem: se producen tras fallecer la persona, poco tiempo después, hay una relación emocional que hace que el espectro se manifieste para dar un último mensaje a familiares o amigos.

3º.- Apariciones críticas: se produce en el mismo instante en el que la persona está sufriendo un momento trascendente en su vida, tal vez un dramático accidente o trance de muerte. Se puede dar estando la persona aún con vida y su finalidad es alertar a otra persona que desconoce tales circunstancias.

4º.- Manifestación inducida: se corresponde con la persona que, intencionadamente, es capaz de manifestar su ser en otro lugar, una bilocación, atendiendo al poder de su mente.

En muchos casos, cuando se visita un lugar presuntamente encantado, en aquel que los testigos afirman haber visto apariciones de fantasmas, se narra que el espectro no mostró interés por la persona, simplemente realizó una especie de recorrido cíclico y desapareció.

En numerosas ocasiones el patrón de comportamiento de la aparición, del fantasma, puede ser idéntico al descrito.

El fantasma no muestra interés, no interactúa con la persona, simplemente realiza una determinada acción que nos puede llenar de pavor o puede llamar la atención sobre un fenómeno del que lo desconocemos todo y que aún son muchas las respuestas a la que debe atender para poder explicarlo satisfactoriamente.

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