A estudio el supuesto trozo del manto de la Sábana Santa hallado en Oviedo.

E. F.-P. La Nueva España

El cabildo «examinará» el lienzo que, según una relectura del primer inventario que se conserva en la Catedral de las reliquias del Arca Santa, está registrado en él como un trozo del manto o los vestidos de Cristo, y no como un fragmento de la Sábana Santa, como se ha creído en los últimos siglos. El portavoz catedralicio, el deán Benito Gallego, pide «prudencia» hasta que haya estudios que avalen esa tesis.

El deán de la Catedral, Benito Gallego, explica que el supuesto trozo de la vestimenta de Cristo se veneraba, en un anaquel de la Cámara Santa, como parte de los lienzos que envolvieron el cuerpo de Cristo en la sepultura. «Lo seguiremos teniendo como reliquia, ya que viene a ser lo mismo: lienzos que han tocado al Señor», explica.

«La documentación que se tiene y por la cual se veneran las reliquias tiene más o menos peso en unas que en otras», comenta. Cuando se reorganice la Cámara Santa, después de su restauración, «sólo se van a exponer las reliquias que tienen una documentación más fundada: el Santo Sudario, los fragmentos de la Veracruz y poco más». Cuando exista un veredicto sobre la naturaleza del lienzo identificado como «paño de Pasión», que ahora parece corresponder a las ropas de Cristo, el cabildo decidirá si lo expone o no. Benito Gallego sostiene que «hay que ser muy prudentes» y reconoce que teme «alarmar demasiado, cuando todavía no hay estudios sobre ello».

El deán desvincula la fe de las reliquias. «La veneración a las reliquias es peligrosa. La credulidad excesiva lleva a la nula creencia», advierte el deán. «La sandalia de San Pedro simbólicamente tiene importancia, pero yo no puedo certificar que sea lo que se venera. Si me ayuda a reflexionar sobre lo que supone, sobre cómo Pedro acaba siendo el primer Papa, anunciando la paz en Roma, eso está bien», explica. Es más, añade, «si alguien me demostrara que el Sudario es falso, no me afectaría para nada, yo no puedo poner mi vida en eso».

«Hay reliquias que son como recuerdos de familia, que nos hablan de una época en la que se entregaba la vida por el Señor», concluye.

Agustín Hevia Ballina es el canónigo archivero de la Catedral y la persona que reparó en el error en la lectura y traducción que hizo que el trozo del manto de Jesucristo pasara por un pedazo de la Sábana Santa. «Cuando el Centro de Sindonología hizo estudios aquí sobre el Sudario, expertos como Guillermo Heras ya me dijeron que esa tela no podía ser de la Sábana, porque la trama de lino era diferente», refiere. «En los inventarios del XVI, XVII y XVIII aparece como «de la Sábana Santa», pero por la textura de lino que tiene, no puede ser», agrega.

«Habrá que estudiarlo», señala y admite que «yo no había reparado en ello. Hay que hacer un estudio serio y descriptivo», considera el archivero.

Hevia Ballina explica que fue visitando el Archivo con el comisario de la exposición sobre la Sábana Santa, Álvaro Blanco, y revisando la documentación sobre las reliquias, en uno de los manuscritos del siglo XI, cuando cayó en la cuenta de que había un error en la transcripción, por una confusión de letras. «La «s» es muy parecida a la «f» en los manuscritos de la época», afirma.

El que parece ser el último milagro del Arca Santa se presenta ahora como un prodigio lingüístico. Con cautela, Álvaro Blanco advierte que, por ahora, todo son conjeturas, firmes pero sin confirmar. En cualquier caso, en lo que concierne a milagros y reliquias, a falta por ahora de una constatación científica, todo es cuestión de fe y especulaciones.

El caso es que, en esta nueva revelación oculta entre los objetos sagrados que se custodian en la Cámara Santa, tienen un papel trascendental las palabras, más aún las letras. Todo el equívoco, perpetuado a lo largo de los siglos, se debe a la confusión entre dos letras latinas, una «f» y una «s». «En el texto la «s» y la » f» parecen iguales, sólo las diferencia un palito», señala. Al pasar inadvertido ese rasgo, según las explicaciones de Blanco, al transcribir el texto original, la palabra «sorte» cambió al adverbio «forte», que une dos frases que deberían haber estado separadas. Al corregir el error, resulta que, además del sudario, en la misma línea se cita una segunda tela, distinta: el manto o las prendas de vestir -que ésa es la traducción de «vestimento»- de Jesús de Nazaret.

En la catedral de San Salvador, por preservar el valioso manuscrito original, se acudía a la transcripción y no al original y de ese modo el error se ha mantenido por siglos y siglos.

Álvaro Blanco quiere ser precavido. «Estamos investigando sobre ello, porque de confirmarse se trata de una reliquia muy importante», afirma. El Arca Santa, más allá de ser un objeto religioso, merece la consideración, a juicio del comisario de la exposición de la Sábana Santa, de «un objeto arqueológico». «El Arca fue cerrada, con seguridad, en el siglo VII, y tiene una historia indiscutible y comprobada», afirma. Es algo así, por lo que da a entender con sus palabras, como una cápsula del tiempo.

Volviendo a la tela que ha generado esta curioso episodio, uno más en la historia de las reliquias de Oviedo, Álvaro Blanco sostiene que «el tejido es muy blanquecino, muy fino y puede ser perfectamente de una vestidura. Lo raro, al verlo, es que lo tuvieran clasificado como sudario durante tanto tiempo».

El lienzo, a la vista del público en la Cámara Santa, recibe la denominación de «Paño de Pasión».

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